El científico colombiano, Jesús Olivero, especializado en toxicología de la Universidad de Cartagena, advierte que el mercurio, en los ríos amazónicos, apenas es la punta del iceberg de la contaminación minera en comunidades indígenas. Develó que el estudio realizado halló en una mujer boliviana -que trabaja como cocinera en una balsa aurífera- un nivel récord, equivalente a 100 partes por millón (ppm) de mercurio en su organismo.
“Fue un caso excepcional, y dentro de la muestra pueden darse esos picos; se trata de una mujer de 26 años que trabaja como cocinera en una balsa aurífera (…). No sabemos cómo se contaminó, pero tenemos cierta certeza de que el mercurio no se depositó en el cabello, sino en la sangre”, explicó el científico a Brújula Digital.
Olivero señaló que de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones internacionales, se considera como “aceptable” una parte por millón como máximo en los organismos humanos, para garantizar que su salud no esté impactada. La medición tiene que ver con el mercurio en cabello en microgramos por gramo, que también se considera una parte por millón.
“Ése valor (de la mujer cocinera) no lo hemos visto ni siquiera en Colombia en la cuenca Apaporis, donde hemos encontrado hasta 70 partes por millón, pero por encima de 100 solamente en Bolivia”, enfatizó a este medio.
En el marco del estudio realizado por la Universidad de Cartagena de Colombia en la Cuenca Amazónica boliviana a invitación del Centro de Documentación e Información de Bolivia (Cedib), Olivero señaló que se arrojaron datos preliminares, pues se cuenta con los resultados de contaminación de mercurio en el cabello, pero consideró que falta el epidemiológico, para determinar las secuelas en la salud.
Las muestras levantadas de mercurio en cabello a casi 700 personas de comunidades y poblaciones indígenas y rurales ribereñas de los ríos Beni, Madre de Dios y Mamoré de todas las edades, además de 139 peces, requirió una especial logística que contó también con el apoyo de organizaciones indígenas.
Bajo la dirección del toxicólogo, Jesús Olivero, los muestreos de cabello se recogieron en las comunidades de Puerto Pérez, Las Mercedes, Toromona, El Tigre, Loreto, Genechiquia, Palestina, Trinidacito, Miraflores y Cachuela Esperanza del Río Madre de Dios; Barranco Colorado y Palma Sola en el Río Mamoré, además de Asunción, San Miguel, San José de Uchupiamonas, Comunidad Indígena Nómada Eyiyoquibo (Ese ejjas) y la población rural de Rurrenabaque que habitan sobre el Río Beni. De acuerdo a los cuadros exhibidos durante el seminario internacional organizado por el Cedib, al que asistió como expositor Olivero en la UMSA, en el río Madre de Dios los indicadores de contaminación por mercurio oscilan en promedio entre dos y ocho partes por millón, pero un caso, precisamente de la joven mujer cocinera de la comunidad El Tigre, llega hasta 114 ppm.
En el caso del río Mamoré, el promedio de contaminación de mercurio en las personas osciló entre dos y seis ppm, lo cual, según el investigador, no es de extrema preocupación.
Las muestras en el río Beni, dan cuenta de una media entre seis y 18 ppm, con algunos picos que llegaron a 26 y 28 ppm; es decir, con niveles más altos que los registrados en el Mamoré.
Lamentó sin embargo, que los más contaminados por mercurio son los niños y jóvenes menores de 20 años, lo cual los estaría condenando a menos posibilidades de terminar el colegio y estudiar en las universidades, por los impactos que tiene este elemento sobre el desarrollo neurológico.
“Debemos estar orgullosos de tener esos hermanos todavía viviendo en estas selvas y viviendo de los recursos de la naturaleza, y debe darnos absoluta vergüenza de que no les brindemos las condiciones sociales para que ellos mantengan su identidad cultural aprovechando las ventajas de la tecnología que ofrece el siglo XXI”, sostuvo.
Alertó además que el mercurio es la punta del iceberg porque la minería aurífera no solo contamina con este elemento, sino con casi toda “una tabla periódica” de sustancias químicas, metales y no metales, como el cadmio, cesio, zinc, entre otros.
En cuanto a los exámenes a peces, el científico colombiano alertó que, mientras más grande es la especie y peor aún si es carnívoro, los niveles de mercurio en su organismo son más altos. Pero también se identificó que a más presencia de mercurio en los peces grandes y carnívoros, hay más presencia de parásitos.
Al encuentro también asistió Marcos Orellana, Relator Especial de Sustancias Tóxicas y Derechos Humanos de Naciones Unidas, quien instó al Estado boliviano a cumplir en Convenio de Minatama para buscar la reducción, y consiguientemente la eliminación del uso del mercurio en la “pequeña” minería aurífera, principal causante a nivel mundial de las emisiones de mercurio en el medioambiente, ríos y suelos.
Por su parte, el director ejecutivo del Cedib, Óscar Campanini, alertó por los niveles de mercurio importado al país que oscilan en 200 tonelada año, siendo que no todo es usado en el país, sino también en países vecinos a los cuales les estaría ingresando la sustancia tóxica desde Bolivia vía contrabando. (Brújula Digital).