Varias personas vieron que hace falta ayuda para llevar los alimentos de la canasta escolar, por eso decidieron hacer el servicio con el popular “burrito” y obtener algún ingreso mientras dure la distribución del beneficio estudiantil, en La Paz.
“Cuando vine a recoger la canasta escolar de mi hija, el primer día, vi que faltaban manos para sacar los productos pesados de los beneficiarios hasta la calle y era mi oportunidad de ganar unos pesos, ante esta falta de trabajo, ahora, cada día me voy a mi casa con unos 60 a 70 bolivianos”, indicó Ramiro de 35 años de edad y padre de tres niños de 13, 10 y cuatro años.
Ramiro es parte de un grupo de 13 personas, que tienen cochecitos de llantas altas y columnas fuertes, llamados popularmente “burritos”, que trasladan los diez alimentos que recogen cada uno de los padres de familia; perdió su trabajo hace un año y desde entonces no ha podido estabilizarse en una fuente laboral.
Es así que se animó a realizar este trabajo pesado, pero que le permite ayudar a solventar gastos en su hogar, al menos por estos días. “Debo hacer entre unas 30 a 40 cargadas y eso me genera de 60 a 70 bolivianos, que ya significa algo para mantener a mi familia”, dijo a la Agencia Municipal de Noticias.
Contó que el miércoles pasado fue junto a su esposa a recoger la canasta de su niño menor y que al transcurrir los minutos y horas, veía cómo las mamás sacaban apenas sus sacos de arroz, harina y azúcar y eso hasta congestionaba la entrega. “Ahí me he colado y hemos empezado a ayudar con los cochecitos porque todo estaba lleno, de esa manera hemos hecho que se agilice un montón sobre todo el primer día”, relató.
De esa manera, afirmó Ramiro, en voz alta comentó con las personas que estaban cerca y de ahí a alguien se le ocurrió decir que era una oportunidad para ganar dinero y así se le unieron 12 personas, 11 son mujeres y formaron un grupo, hablaron con algunos funcionarios de la Alcaldía de La Paz para ver si les permitían el ingreso al punto de distribución y ante una respuesta positiva que solo requirió una fotocopia de carnet de identidad, ahora cumplen con el traslado de los productos y entregarlos a sus dueños en la puerta del recinto a cambio de tres bolivianos.
“A veces hay personas que nos dan su cariño y recibimos un poco más, eso significa una gran ayuda para nuestras familias”, comentó el papá de tres estudiantes en unidades educativas públicas.
Pese a que Ramiro encontró una actividad eventual para ganar un poco de dinero, también presta ayuda voluntaria a personas que no tienen para pagarle porque algunos papás si bien van con algún familiar, tienen dificultades para levantar los alimentos.
María Eugenia es una madre de familia de 36 años y en septiembre fue retirada de su fuente de trabajo, pero, dijo, necesita generar dinero para que no les falte nada a sus tres hijos de 13, 11 y cinco años de edad.
“Era una empresa pequeña, pero igual, tenía mi dinerito y aunque tengo pareja, no nos alcanza el dinero ahora, así que hay que luchar por nuestros hijos y trabajar de lo que sea”, sostuvo la mujer que le pone mucha voluntad a la hora de movilizar los 10 alimentos de la canasta escolar.
Esta mamá llega a las 08.30 y se queda hasta las 17.30 que es la hora en que más o menos termina la distribución, aunque el primer día se quedó hasta las 21.30 horas. “He venido con mi cochecito y he visto que había muchas mamás que no podían levantar sus bolsitas y les he ayudado y ahí me han regalado alguito y entonces vi la oportunidad de generar algo más en mi economía”, contó María Eugenia.
Dijo que también gana entre 60 a 70 bolivianos por día. Relató que entre los 13 estibadores se turnan para trasladar los paquetes de la canasta escolar, que la Alcaldía de La Paz supervisa la distribución desde el miércoles, actividad que se extenderá hasta los primeros días de diciembre, hasta que los más de 137 mil estudiantes del municipio paceño reciban sus alimentos.