Opositores señalan que el material del que se habla estaba relacionado a elementos antidisturbios para contener la ola de violencia y atentados contra el ornato público y la propiedad privada que se registraba durante esos días en la sede de Gobierno y otras localidades del país.
Para el exdiputado Amílcar Barral era lógico que se recurra a la colaboración de países vecinos, pues las principales ciudades de Bolivia estaban siendo atacadas por sectores afines al Movimiento al Socialismo.
“Obviamente es material que no existía en ese momento, eran disparadores para gases que se necesitaban para dispersar a todos los maleantes y delincuentes que estaban haciendo de las suyas en las ciudades de El Alto y La Paz, quemando casas”, dijo.
Sobre las características del material enviado, señaló que sólo se trataba de disparadores para gases lacrimógenos, pues otro tipo de elementos de carácter bélico o para provocar daño en los objetivos, está prohibido por normas internacionales.
“Lo que se tenía que hacer era obviamente pedir cooperación a países vecinos como Argentina porque material bélico, cualquier país no se animaría a mandar balas o armas para matar gente, eso es totalmente prohibido a nivel internacional”, manifestó el exparlamentario.
Por su parte, el senador por el Movimiento al Socialismo, Félix Ajpi, sostuvo que el material que llegó al país procedente de la República Argentina tiene características de ser altamente letal y está diseñado para ser usado desde aeronaves especializadas en combate.
“Ese material no es antimotines ni antidisturbios, eso es para matar. Yo creo que no solo es antidisturbios porque hay una bala de alta letalidad, creo que son balas que se disparan del avión si no me equivoco porque en mis tiempos de soldado no habían ese tipo de munición porque yo sé que se utiliza para disparos desde helicóptero o desde un avión”, afirmó el legislador.