Albó, también conocido como el “p’ajla” (calvo) será recordado por su calidad humana y el desprendimiento que demostraba para con los más desprotegidos, labor que le mereció ser reconocido a nivel nacional e internacional. Además, deja varias obras plasmadas en libros.
El boliviano falleció en Cochabamba este viernes, cerca de las 10:00, a los 88 años, luego de enfrentar una enfermedad y estar internado en un nosocomio.