En 2014 y 2015 se realizaron varias visitas de las autoridades de gobierno, que sirvieron para realizar mesas de trabajo, sin embargo, no fueron suficientes para encaminar acciones específicas en favor del lago Poopó. Los pobladores de las toberas del lago estiman que no hay interés de parte del Gobierno ni de las autoridades locales, según informó Sánchez.
Ante tal situación, CEPA propuso una ley nacional que declare prioridad, desastre o emergencia ambiental la situación del lago Poopó, pero existen muchas obstáculos para que esta iniciativa pueda ser afectiva, en procura de la recuperación del lago en el departamento de Oruro.
El Poopó, que fue el segundo lago más grande de Bolivia, ahora no es más que una planicie desértica afectada por los sedimentos, el desvío constante de sus afluentes y el cambio climático que lo han reducido a un pobre humedal estacional, algo que para los especialistas es irreversible.
Lo que queda de ese espejo de agua situado al sur del lago Titicaca, compartido por Bolivia y Perú, unido por el río Desaguadero, es prácticamente mínimo en comparación con los registros históricos del lago que se decía tener hasta 5 metros de profundidad y una superficie de más de 2.500 kilómetros cuadrados.