Cientos de fieles católicos llegaron a las iglesias para participar del Miércoles de Ceniza donde el sacerdote marca una cruz, con cenizas, en la frente del feligrés. Con esta celebración inicia la Cuaresma, tiempo de reflexión y reconciliación, además de preparación espiritual hacia la fiesta de la Pascua.
“Hoy (por ayer) iniciamos un tiempo muy privilegiado que es la Cuaresma, con la celebración del Miércoles de Ceniza, iniciamos e inauguramos un tiempo de gracia”, señaló el párroco de la Parroquia El Rosario, Juan Pablo Apaza a EL DIARIO.
Durante la jornada, los creyentes participaron de las eucaristías y el sacerdote pintó su frente con una cruz. “Son las cenizas de las palmitas del Domingo de Ramos anterior (2022), que las quemamos”, explicó.
Apaza detalló que la imposición de cenizas representa el cambio que “yo quiero en mi vida, no solamente el signo, sino, el propósito que yo tengo de renovar mi vida”.
El tiempo de Cuaresma, son 40 días que termina el Jueves Santo antes de la cena del Señor, durante todo este proceso los católicos practican el ayuno, la oración y la limosna, que “son signos cuaresmales que tienen que nacer del interior del corazón”.
Realizar el ayuno, dijo, no solo significa renunciar a las cosas materiales, sino, a lo que a uno le gusta. El ayuno no solamente debe ser renunciar a comer carne, “también debe ser ayuno de las palabras, de ofensas, de los malos sentimientos que pueda tener uno contra de los demás. Es decir, ayunar de hablar mal de los demás”.
Asimismo, la oración no se refiere a solamente rezar el Padre Nuestro o el Ave María, “tiene que ser una oración profunda con nuestro creador hablar en intimidad con él, esa cercanía que sentimos cada uno de nosotros”.
En tanto que, el tema de la limosna, no es solo darle una moneda al pobre, sino, “al cómo yo acompaño a las personas, qué hago por el necesitado, además pensar en más adelante, cómo lo ayudo, cómo lo animo, cómo lo apoyo”.
Todas esas acciones, según el sacerdote, deben realizarse desde el corazón y sin necesidad de esperar recompensa o reconocimiento alguno.
“Tu padre que lo ve en secreto, él te recompensará. Eso tiene que ser, no solo el que nos noten los demás, porque a veces estoy en ayunas y pongo mi cara larga o de tristeza (entonces) si lo hago, lo tengo que hacer en alegría, sabiendo que lo hago como un sacrificio y una ofrenda al buen Dios de la vida, este es el sentido de los signos cuaresmales”, reflexionó.