El peruano Carlos Cano calificado por la Unesco en la conservación de sitios patrimoniales del mundo anunció que, “como profesional en el área, tiene el deber de estar presente en la defensa del Patrimonio de la Humanidad”, al referirse a la posibilidad de ser contratado para la restauración de los 15 bloques líticos salpicados con aceite de oliva en el Complejo Arqueológico de Tiwanaku.
El restaurador que realizó una importante labor de conservación en la ciudadela incaica de Machu Picchu en Perú, donde implementó recursos sencillos en cuanto a métodos y técnicas bioquímicas para consolidar las rocas, calificó lo sucedido como un “atentado contra la estabilidad y durabilidad del Patrimonio de la Humanidad”.
El Centro de Investigaciones Arqueológicas, Antropológicas y Administración de Tiwanaku (Ciaaat) inició la gestión para contratar al geólogo-químico del Perú, con una amplia trayectoria en la prevención, remediación y restauración de estructuras de piedra en sitios patrimoniales del mundo, para ser parte de un equipo multidisciplinario.
Corresponde a las autoridades del Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización, y del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto ante la Unesco, continuar la gestión para conseguir que Cano intervenga en la restauración y limpieza de varias piezas arqueológicas desde sillares y pilares hasta los principales monolitos tiwanacotas, antes que el aceite de oliva produzca un mayor daño al interior de las piedras.
El pasado 24 de febrero, cinco turistas nacionales (cuatro mujeres y un varón) provenientes de la ciudad de Santa Cruz, fueron sorprendidos echando aceite sobre los monumentos arqueológicos con más de 1.500 años de antigüedad. Uno de los imputados dijo que, “fue invitado por Dios para ungir en Tiwanaku”
El líquido salpicó el sillar al ingreso del complejo arqueológico, cinco pilares de la pirámide de Akapana, varias piedras talladas del templo de Kantatallita, dos pilares y dos peldaños de Kalasasaya, la parte posterior de la Puerta del Sol, y los monolitos Fraile y Ponce, este último, inexplicablemente registra una mayor cantidad de salpicaduras que los demás.
El monolito Ponce fue tallado en roca andesita es la representación antropomorfa de un líder tiwanacota y es una de las esculturas líticas más afectada, las manchas del aceite son notorias desde su base hasta su pectoral; actualmente es protegido del sol por paneles que lo cubren.
En su mayoría, los monumentos arqueológicos tiwanacotas están tallados en roca andesita, tienen una estructura lítica que se asemeja a una “esponja” y pueden retener en su interior el lubricante vertido que ingresó a una profundidad aproximada de 0,5 cm a 1,5 cm de las rocas y es necesario extraerlo, según un informe del Ciaaat.
“Toda intervención se realiza siempre una previa investigación precisa del estado de conservación del material (lítico), como el que constituye la escultura del monolito Ponce”, explicó el destacado profesional de la Universidad de San Antonio Abad de Cusco.
El conservador Cano considera que, la maravilla y la sapiencia que existe en el Complejo Arqueológico de Tiwanaku, es lo más asombroso que nos queda de la grandeza y magnifica arquitectura que nos legaron nuestros antepasados, por lo que “es una obligación y un gran orgullo conservarlo para las nuevas generaciones”.
PROCESO JUDICIAL
El Ciaaat junto con el Ministerio de Culturas, Descolonización y Despatriarcalización son los demandantes en un proceso judicial que se inició contra los cinco turistas que están imputados por daños al patrimonio cultural del Estado Plurinacional de Bolivia como establece el Código Penal y la Ley 530 de Patrimonio Cultural.
Sin embargo, los otros miembros del directorio del centro administrativo como el Gobierno Autónomo Departamental de La Paz, el Gobierno Autónomo Municipal de Tiwanaku, el Consejo de Ayllus y Comunidades Originarias de Tiwanaku (Cacot) y la Junta de Vecinos todavía no son parte de la demanda procesal.
En una primera inspección del pasado 16 de marzo en el Complejo Arqueológico de Tiwanaku ubicado a 71 kilómetros de la ciudad de La Paz, la Fiscalía de Guaqui determinó la existencia de manchas en varias piezas arqueológicas, por lo que corresponde una investigación legal que puede extenderse durante los siguientes seis meses. (CienciaBolivia)