Se trata de un documento destinado a trabajar, tanto instituciones públicas y privadas, en la prevención de la conformación de personalidades violentas
“Presentamos la Guía de directrices de prevención de conformación de personalidades violentas. Siempre trabajamos con la parte de las víctimas y está bien, sin embargo, hemos dejado de lado el trabajo con los agresores u ofensores. Esta guía nos da las pautas para poder trabajar y prevenir este tipo de personalidades”, aseguró la abogada y miembro de Sepamos, Sandy Maldonado.
El documento cuenta con estrategias que permiten reconducir las “malas” actitudes y controlar la ira, por ejemplo, para no explotar con los demás, sin que ellos lo merezcan.
También ayuda a identificar las emociones y gestionarlas, “si no sabemos que estamos tristes o enojados no podemos cambiar a una emoción positiva, eso hace que la reacción sea violenta”, detalló la experta.
Asimismo, se aprende a reconducir las “malas” emociones, por ejemplo, al ver programas que nos gusta, realizar actividades que sean del agrado de la persona y de esa manera, podrá cambiar la emoción negativa.
Maldonado recomendó que los padres de familia deben saber reconocer e identificar, desde niños, los comportamientos de tipo agresivos que los hijos podrían tener y, en caso de detectarlos, “si no se pone un alto en ese momento”, el grado de agresividad podría crecer durante la adolescencia, juventud y adultez de esa persona.
“En las unidades educativas, en preescolar, hay niños que muestran este tipo de actitudes mediante el bullying con sus pares, incluso, tienen actos realmente violentos, por eso, se debe interceder”, sostuvo.
Recalcó que se debe “trabajar no solo para prevenir que haya víctimas, sino, trabajar para prevenir que haya agresores” y que “lo importante es desarrollarnos en una cultura de paz, pero todo nace en las familias”.