El comedor de ancianos “Padre Tory” de la parroquia de la Santa Cruz inició su labor solidaria de la gestión 2023. Entrega sopa y segundo a cerca de 180 personas de la tercera edad, de lunes a sábado.
“Somos un comedor muy pobre que vivimos de la caridad, pero nunca nos ha faltado para darle de comer a nuestros ancianos”, añadió.
A pocos metros, decenas de hombres y mujeres probaban el alimento del día. La sopa era con yuca, el segundo: pollo al horno, arroz y ensalada rusa. Los vasos con refrescos no dejaban de circular por las largas mesas que por muchos años son el centro de reunión de los comensales. Algunos están regresando, otros partieron a mejor vida.
Y aunque todo es muy agradable, la verdad es que la mayoría de los presentes no están pasando por buenos momentos. La vejez los está alcanzando, se nota en sus cabellos canosos, en la piel y en la mirada. Algunos llegan caminando al comedor, porque viven cerca, otros llegan en bicicleta. Quien lo necesita se va con un almuerzo extra, porque en casa tiene a su pareja que ya no puede llegar por sus propios medios hasta el comedor.
“Este comedor necesita todos los días de corazones caritativos. 180 almuerzos diarios, es bien difícil, que si no es por la misericordia y gracia de Dios, no se puede (entregar)”, dijo la voluntaria Rosa María Álvarez.
El comedor cerró sus puertas por 43 días, por falta de recursos.
“Diciembre nos dejó al límite”, explicó Álvarez.
“Pasamos tiempos difíciles, pero confiamos que este año podamos tener un poquito más de apoyo”, afirmó optimista, pero ello dependerá de quienes escuchen su pedido de ayuda, tanto particular como institucional. Así lo han hecho los últimos 39 años. (Trinidad, Erbol)