De acuerdo con las averiguaciones por parte de la Intendencia Municipal y la denuncia de las mismas personas que acuden a estos servicios, estos hechos estarían sucediendo desde que se incrementó la segunda ola del coronavirus, lo que está siendo aprovechado por algunos propietarios de estas actividades económicas.
Uno de los lugares que concentra a la mayoría de las funerarias, como es la plaza Juana Azurduy de Padilla de la zona de Villa Dolores, es donde en su mayoría se han dado este tipo de irregularidades, a pesar de las verificaciones que fueron efectuado por parte de personal municipal, los mismos continúan con esta actitud.
Varias son las irregularidades que cometen los propietarios de estas funerarias, principalmente en el excesivo cobro de los precios, los cuales llegan hasta Bs.8.000 montos muy altos, los que, en un acuerdo anterior entre los dirigentes de estas funerarias, no deberían pasar de los 5 mil bolivianos.
De la misma forma muchos de estos negocios son ilegales, donde no cuentan con documentos legales para su funcionamiento, tal como corresponde, otorgados por parte del Servicio Departamental de Salud (Sedes), así como el municipio de El Alto, siendo que la mayoría de estos son los que cometen las irregularidades como el cobro excesivo de montos económicos por entierros a fallecidos por coronavirus.
Otra de las denuncias es que en complicidad de algunas instancias que tienen que ver con la otorgación de un certificado que señale las causas del fallecido, estas funerarias otorgan estos documentos como si la causa de una persona no hubiese sido por Covid-19, por lo que cobran montos elevados, donde inclusive admiten que el cuerpo de muerto sea velado por sus familiares, pero que sin embargo no sería así.