La crisis sanitaria que se vive obliga a todos los alteños a festejar los 36 años de vida que cumple esta ciudad sin ninguna actividad. El Alto se constituye en la segunda del país con mayor población, lo que da lugar a muchas necesidades que van aumentando según el incremento poblacional.
Sin embargo, la urbe alteña por tener una población de un 70 % dedicada al comercio y la artesanía, se ha convertido en un ejemplo de pujanza y la lucha diaria, donde las pequeñas empresas aglutinadas en organizaciones de diferentes rubros también juegan un papel importante haciendo posible la creación de empleos para mucha gente desocupada.
La urbe alteña ha demostrado su enorme capacidad para reponerse de las adversidades que caen sobre la población: la guerra del gas; quema de la Alcaldía; diversos conflictos políticos; la pandemia viral que soporta por un año paralizando su economía y la reciente tragedia ocurrida en la UPEA con la muerte de siete estudiantes.
De esta forma, junto a cada uno de sus artesanos que luchan para tener mejores días, se ha constituido en una ciudad que no duerme, porque el deseo de superación como empresas y sacar adelante a sus familias, cada uno de los alteños deja de lado el descanso de la noche para constituirse en los mejores proveedores de sus productos y no solo en esta ciudad, sino mostrando su mano de obra fuera del país.
De esta forma, el trabajo del artesano y la mujer comerciante comienza desde las horas de la madrugada hasta que la medianoche o cerca al nuevo día que se aproxima, donde mercados y ferias son abarrotados de los productos artesanales y el mismo comercio informal.
Luego del censo de 2002 la población creció, en la actualidad la ciudad de El Alto tiene más de un millón de habitantes, constituidos en 14 distritos municipales y aproximadamente 1.200 urbanizaciones, donde también las necesidades de poder contar con una mejor infraestructura, calles limpias, parques de recreación, plazas y otros tipos de áreas de sano esparcimiento se han convertido en la urgente necesidad.
La carencia de muchas otras necesidades en cuanto a obras ha hecho que el vecino de cada uno de los barrios que tiene la urbe alteña opte por la iniciativa del trabajo comunal, donde conformados en grupos de personas dan lugar al trabajo zonal para beneficio de los mismos vecinos.
Otro de los problemas que ha generado el crecimiento desmedido de población y el apoyo de acuerdo a sus necesidades por parte de las autoridades nacionales, departamentales y municipales, en el tema de los servicios básicos, todavía hace que en muchas de las urbanizaciones falte la implementación del alcantarillado sanitario.
Producto de esta carencia, los más afectados son los cuatro distritos rurales que tiene la ciudad de El Alto, como el 9,11, 10 y 13, población que por encontrarse en zonas alejadas del área urbana, solo pueden optar por algunos servicios como la energía eléctrica y otras necesidades premiosas. A pesar de que estos cuatro distritos rurales se encuentran organizados en la Federación Sindical Única de Comunidades Agrarias del Radio Urbano y Suburbano (Fesucarusu), pocos son los resultados a favor que pueden obtener por parte de las autoridades de turno.