En las comunidades de Mollespampa, Arteza, Santa Bárbara, Pueblo Viejo, Caraparí y Quiscacancha, es donde ya se siente los efectos de la sequía, porque desaparecieron las vertientes.
Agustín Casasola, alcalde de Yunchará, explicó que al haberse secado las vertientes los sistemas de agua quedaron “obsoletos”, pues no hay el recurso hídrico para conducir por las cañerías hasta los domicilios.
La autoridad señaló que son sistemas de agua que fueron construidos hace cinco o seis años y todavía tienen tiempo de vida útil, pero al haberse secado el agua en los lugares de captación, ya no se los usa y no hay manera de contrarrestar esa situación, porque solo la naturaleza, mediante la lluvia, pueden volver a hacerlas funcionar.
Ante esa situación, como municipio se vio en la necesidad de llevar agua en cisternas a las comunidades, donde tienen tinacos para almacenamiento. Sin embargo, la gente tiene que limitarse solo para tomar, el lavado de ropa y otras actividades deben hacerlo en ríos o quebradas.
Con esa restricción, el agua les dura aproximadamente para un mes en las comunidades. Como municipio llevan el recurso hídrico a cinco comunidades, mientras que la Subgobernación se ocupa de un número similar de poblados. Cada institución tiene un camión cisterna para provisión del agua.