A casi un año de la flexibilización de las normas de restricción, pocos choferes del servicio público y usuarios continúan con el uso del barbijo, no existe el cumplimiento de ambas partes, a pesar del compromiso en el caso de los operadores del transporte alteño.
Varios fueron los compromisos de control por parte del ejecutivo de la Federación Andina de Choferes Primero de Mayo, Víctor Tarqui, pero a la fecha y durante todo este tiempo de la flexibilización muy pocos operadores del servicio público de minibuses cumplen con esta obligación.
Durante este tiempo, varios problemas confrontó el usuario en este sentido, debido a la exigencia a los conductores para que puedan cumplir con esta obligación, pero a través de este tema también surgieron las agresiones verbales hasta físicas en muchos casos por parte de los operadores hacia el pasajero que exigía a que se pongan el barbijo.
Otro de los compromisos que se ha dejado de lado en un 90 % es el uso de los separadores entre en conductor y el pasajero, donde la mayoría ya no cuenta con este requisito y en otros se encuentran en mal estado.
La implementación del alcohol en gel y otros detalles que todavía son requisitos dentro de las normas de bioseguridad tampoco se cumplen, los choferes se olvidaron de acatar estas normas de salud, poniendo en peligro al usuario con mayor riesgo de contagio.
Muchas fueron las buenas intenciones de algunos sindicatos de minibuses, donde se comprometieron con un control estricto dentro de sus afiliados, pero solo quedó en eso, porque en realidad ni los dirigentes y menos las bases de este sector de los operadores del transporte público cumplen con estas normas.
Por otro lado, algunos usuarios que utilizan este servicio de minibuses, también incumplen las normas de bioseguridad, donde de cada 14 pasajeros que se suben a un motorizado del transporte público un 40 % ya ha dejado de cubrirse la boca con un barbijo.
Estos incumplimientos por parte de la gran parte de los usuarios, generó en muchas oportunidades enfrentamientos entre pasajeros, donde la llamada de atención a algunas personas responden con una agresión verbal, donde uno prefiere callar, pero con mucho miedo a un contagio del covid-19, para justificar su descuido, los infractores niegan la existencia de la pandemia.
Uno de los principales problemas que ha generado estas desobediencias en ambas partes es la falta de control por parte de las autoridades de la Policía, tal como está contemplado y de la misma forma no existe la presencia de la Guardia Municipal de Transporte.
Al respecto, todavía se encuentra vigente el Decreto Municipal, 139/2021 que exige el uso obligatorio del barbijo y dentro de la norma el cumplimiento de todos los cuidados con bioseguridad teniendo en cuenta que la pandemia del coronavirus está latente.
El Organismo Operativo de Tránsito (OOT) ha desaparecido de aquellos lugares de control, como las extrancas, puntos de referencia o paradas de minibuses y lugares de mayor afluencia de pasajeros, donde ya no existe el distanciamiento social, el uso del barbijo y muchas otras normas para proteger la salud de la población.