Los rituales para recibir los primeros rayos del sol este lunes 21 de junio se desarrollaron en medio de restricciones, la población utilizó mascarillas, barbijos y el distanciamiento social, la mayoría de los asistentes pidió salud en esta época de la pandemia del coronavirus.
Como todos los años, esta madrugada los sacerdotes aymaras realizaron sus rituales en diferentes puntos de la ciudad de El Alto, con ritos a la Pachamama (Madre Tierra), donde efectuaron sus exhortaciones en un acto de reducida asistencia, debido a las restricciones que rigen por la crisis sanitaria.
La celebración del Año Nuevo Andino 5529, llamada también willkakuti (retorno del sol en aymara), tiene rango de fiesta nacional en Bolivia y es celebrada con el nombre de Inti Raymi (fiesta del sol en quechua) en países vecinos.
Este ritual es para recibir las energías positivas, para pedir que todo lo malo se vaya, según los sacerdotes andinos, donde uno de los principales deseos de todos será que la pandemia del covid-19, se vaya de una vez por todas de la ciudad de El Alto y todo el país.
Tal como se caracteriza el año nuevo aymara, en la ciudad de El Alto fue recibido en varios puntos, y de manera específica, en aquellos ya tradicionales como la Apacheta (carretera Oruro), Antenas de la Ceja (avenida Panorámica), plaza Sagrado Corazón de Jesús (Villa Dolores), Teatro Andino (Centro de la Ceja de El Alto).
Sin embargo, desde hace varios años atrás, en muchos distritos municipales de esta urbe se ha implementado el recibimiento del Año Nuevo Aymara, como el caso del Distrito 7, donde vecinos y autoridades del sector también llegaron a reunirse la madrugada del 21 de junio para recibir los primeros rayos del sol.
El 21 de junio es el solsticio de invierno en el hemisferio sur, y por lo tanto en Bolivia. En la cultura aymara, esta fecha es el nuevo año: el sol está en su punto más alejado de la Tierra y es el día más corto y la noche más larga del año. Esta fecha marca el final de la temporada de cosecha y el inicio de un nuevo ciclo agrícola.
Durante la noche del 20 de junio, la población llamada por los sabios, yatiris y los sacerdotes aymaras, aumautas, se reúne para despedirse del año pasado y acoger el año que llega.
Una mesa de ofrenda es presentada al Tata Inti – Dios Sol – y la Pachamama – Madre Tierra -, con hoja de coca, alcohol, dulces y otros elementos necesarios para este ritual. En la población de Tiwanaku, antiguamente la cuna de la civilización Tiwanacota, se encuentra un sitio arqueológico que ha sobrevivido al tiempo y a las invasiones, y es en este mismo lugar que se realiza esta ceremonia, de manera pública, durante toda la noche hasta el amanecer.
Al amanecer, los primeros rayos del sol pasan a través del arco de la “Puerta del Sol”, y se reflejan en diferentes lugares específicos, previstos por los arquitectos de este lugar sagrado, hace más de mil años.