Los daños devastadores de la explotación aurífera se evidencian en las aguas turbias, producto del movimiento de la maquinaria, desechos y uso de mercurio.
En un escenario donde suman las denuncias de actividades mineras dentro de territorios indígenas, reservas y áreas protegidas en regiones amazónicas como es el Madidi, también se acrecientan las demandas de protección, controles e intervenciones frente a los daños que generan estas actividades, como la contaminación de las aguas.
“El área protegida más mega diversa del mundo, Madidi, nos convoca a su defensa nacional – internacional. La biodiversidad, ríos, agua, montañas, bosques, paisajes, medicinas, pueblos indígenas, son devorados en la Amazonía por la minería aurífera como política de gobierno”, manifestó la líder indígena y representante de la Coordinadora Nacional de Defensa de los Territorios Indígenas Originarios Campesinos y Áreas Protegidas (Contiocap), Ruth Alipaz.
En julio de 2021, en un recorrido que realizó ANF a lo largo de los ríos Kaka y Beni se pudo evidenciar la permanente actividad de explotación aurífera con enormes dragas chinas y colombianas y fuertes movimientos de tierra, piedras y desechos hacia los afluentes, esto enturbia de manera evidente estas aguas.
Pobladores del lugar aseguraron que el cambio en la pureza del agua fue notorio, junto con la pérdida de peces, que son parte de la alimentación básica de indígenas y campesinos de la zona.
“La Amazonía expuesta. Pero los daños por la minería aurífera se van expendiendo, ya que ese mercurio va desde La Paz a través de los diferentes ríos y ahora se consume también en Beni y Pando”, detalló el investigador en temas mineros, Héctor Córdova. (ANF)