La educación virtual se ha implementado en los subsistemas de educación regular, pública y privada y en la educación superior; las entidades educativas –prácticamente- a marcha forzada tuvieron que readecuar y reinventar sus métodos de enseñanza en red, algunas de manera más rápida que otras, señala.
Aunque para medir el acceso y la calidad de la educación virtual no se cuentan con datos o indicadores, la brecha digital, es decir, la desigualdad en el acceso a internet y las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), es una realidad.
En el estudio “Juventudes TIC. Estudio sobre las TIC en adolescentes y jóvenes en Bolivia”, publicado en 2019 por la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), se devela que antes de 2020, solo 4 % de los jóvenes de 15 a 24 años afirmó haber realizado algún curso por internet.
De este porcentaje, fueron más varones (85 %) que mujeres (70 %) en ciudades capitales y, por el contrario, más mujeres (28 %) que varones (13 %) en ciudades intermedias. El porcentaje es más crítico en las localidades rurales donde solo 2 % de jóvenes de ambos sexos dicen haber participado de un curso en línea.
Otro dato interesante es el uso que le dan los jóvenes al internet, 72 % es para contactar a sus amigos y familiares, y 69 % para acceder a las redes sociales; un porcentaje menor, 36 %, para buscar información y 15 % para fines académicos. Mientras que 94 % manifestó que utiliza su celular para acceder a internet.
Con relación a las expectativas de formación y empleo para jóvenes, un estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre las características de la demanda de empleo y las necesidades de formación en las tres regiones metropolitanas y ciudades intermedias, 96 % de jóvenes (hombres y mujeres) encuestados que cursan el último año de secundaria expresó su interés en continuar sus estudios después de salir bachiller o concluir con el servicio militar.
De ese total, 15 % desearía estudiar una carrera técnica y 82 % una carrera universitaria. Por otra parte, los jóvenes que no continuarán estudiando representan 4%, el principal motivo de esta decisión es la falta de recursos económicos (71%).
Con respecto a la inserción laboral, las y los jóvenes que no accederán a la educación superior expresaron su interés en trabajar principalmente en el sector del comercio (36 %), construcción (23 %), agricultura y ganadería (14 %). A diferencia de ellos, quienes sí continuarán con sus estudios desean trabajar en el sector público (29 %), financiero (17 %) y en el sector de hotelería/turismo/ restaurantes (14 %).
Los candidatos y candidatas que aspiran a ser electos en la Elección de Autoridades Políticas Departamentales, Regionales y Municipales deberán pensar en las propuestas que tienen para contribuir en la calidad educativa en los diferentes subsistemas de educación de su municipio o departamento.
Considerando que la brecha digital tiene un impacto severo en la educación, ¿qué proponen para mejorar el acceso, capacidad y calidad del uso de las TIC, en el ámbito de sus competencias? Y ¿cómo puede aportar en la generación de empleo digno para jóvenes de su municipio o departamento?
Pero también se debe agregar que los maestros, el año pasado, indicaron que no existían los recursos tecnológicos para ingresar a la educación virtual, ya que los alumnos no tenían acceso a ello.
Ahora mismo, en el trópico de Cochabamba decidieron ir a clases presenciales porque no pueden realizarlo mediante la tecnología; y la centralización y la falta de organización el Ministerio de Educación retrasan el inicio de clases.