Bolivia, al haber aceptado enfrentar la demanda de Chile sobre las aguas del Silala cayó en la trampa de la diplomacia chilena; por tanto, se puede concluir que Chile tiene a su favor un 50 % de la demanda, sostuvo el Investigador Milton Lérida.
Bolivia no tiene ningún trato ni convenio alguno con Chile sobre las aguas del Silala; sin embargo, el gobierno boliviano aceptó enfrentar la demanda como si el problema de las aguas del Silala fuera un inconveniente entre el Estado boliviano y el gobierno chileno, cuando en realidad es un problema de Derecho Internacional Privado entre la empresa anglo-chilena The Antofagasta and Bolivian Railway Company Limited y el gobierno boliviano.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ) está también comprometida, por haber aceptado la demanda interpuesta por Chile y va en contra de su Estatuto, cuando en su Art. 36, b) señala que la CIJ trata problemas solo de Estado a Estado.
Los argumentos que Chile, sobre las aguas del Silala, como el haber utilizado por más de 100 años, de tener a su favor el derecho internacional consuetudinario, que el agua es un derecho humano, etc., hace que Bolivia no tenga chance en los alegatos orales, que se iniciarán a partir del 1 de abril en La Haya, donde está la sede la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
Por estos y otros argumentos, lo mejor para Bolivia sería abstenerse de viajar y no asistir a la convocatoria de la CIJ, como lo han hecho varios países que no acataron las resoluciones de los jueces de La Haya. En algunos casos no asistieron al llamado de la CIJ (Francia, EE.UU., Argentina, Islandia y otros países) y estos países no fueron sancionados, pese que las resoluciones de la CIJ son de carácter vinculante y de cumplimiento obligatorio.