El aumento de enfermedades no transmisibles como la obesidad, la diabetes, patologías renales, entre otras, es la muestra de que en el país no existe una política nacional sobre nutrición ni una adecuada educación alimentaria, afirmó la presidenta del Colegio de Nutricionistas y Dietista de Bolivia, Miriam Lupaca.
La especialista indicó que para tener una buena salud todo inicia en qué y cómo comemos, es decir los hábitos alimenticios que pueden llevarnos a adquirir enfermedades.
“Por los malos hábitos alimenticios tenemos enfermedades como la hipertensión arterial, la trigliceridemia, la dislipidemia, el cáncer, la osteoporosis, gastritis, enfermedades gastrointestinales, y a partir de la obesidad hoy en día no hablamos solamente de la desnutrición, hablamos de una desnutrición escondida, porque se puede ver a un niño gordito, bonito, y ese niño tiene anemia nutricional por falta de hierro, este es un problema latente”, dijo Lupaca consultada por (ANF).
Explicó que hoy en día se habla de la triple carga nutricional debido a que una persona puede estar obesa y puede estar con desnutrición por falta de vitaminas y minerales, y también puede estar anémica.
“Ahí tenemos un problema a nivel nacional que se nos viene encima, y que el Estado no está tomando la atención debida, como Colegio de Nutricionistas nos hemos cansado de hacer notas y las seguimos haciendo para que el Ministerio de Salud nos pueda atender en esta situación”, dijo.
Refirió que les hubiera encantado que haya en el país una política nacional de nutrición. Reconoció que actualmente solo está la ley sobre la lactancia materna, políticas para dar chispitas nutricionales a los niños, Carmelo para los adultos mayores, el subsidio, entre otros, pero que no aportan lo suficiente debido a que no hay educación alimentaria nutricional.
“Mucha de la alimentación que podría otorgar el Gobierno puede coadyuvar solo en bajo porcentaje a la alimentación de las personas, por eso necesitamos que exista un lineamiento de la parte nutricional”, apuntó.
Recordó que en la gestión 2020 salió la Resolución Ministerial 442 alertando sobre la “Epidemia Nacional de Malnutrición por Exceso, Sobrepeso y Obesidad en Bolivia”, pero “solamente quedó en alerta y no estamos implementando ninguna política pública que cubra y dé espacio a la parte nutricional”.
En octubre de la gestión pasada, el ministro de Salud, Jeyson Auza, afirmó que la desnutrición en Bolivia “antes estaba cerca del 30% y se ha logrado reducirla a casi la mitad”. El ministro también expresó preocupación por los niveles de sobrepeso y obesidad en el país, para lo cual, dijo, “tenemos que tomar los mecanismos necesarios para seguir incentivando una alimentación saludable que evite sufrimiento dolor y enfermedad en nuestra población”.
De acuerdo a la Unicef, en Bolivia la prevalencia de desnutrición aguda está por debajo del 5%, pero hay una tendencia al incremento, que podría crecer por la crisis alimentaria ocasionada por la pandemia del covid-19.
Del mismo modo, refirió, existe la Ley 775 de Promoción y Alimentación Saludable promulgada en la gestión 2016 que hasta la fecha no tiene reglamento, por lo que no existe una implementación de parte del gobierno central, de las gobernaciones y de los municipios.
“Dentro de norma está todo lo que es educación alimentaria nutricional, todo lo que es etiquetado nutricional, porque hoy en día una persona compra los alimentos, pero no se fija en la etiqueta nutricional, sobre qué estamos consumiendo, pero no se aplica”, enfatizó.
Lupaca señaló que hay alimentos ricos en azúcar, ricos en sodio como la sal, pero, al no haber la reglamentación de la Ley, “no alertamos a la población que eso les puede dañar, por tanto, no se pone en práctica el etiquetado nutricional y ese es un problema que tenemos actualmente”.
El presidente del Colegio Médico de Bolivia, Luis Larrea, coincidió en que en el país no se aplica una política de educación alimentaria nutricional, que mediante la Ley en 2016 había planteado “desnutrición cero”.
“Se piensa que con el hecho simplemente de dar ‘chispitas’ o de dar algún suplemento se ha cumplido con la población y eso no es así, el complemento tiene que ser el hecho de que en los segundos o primeros niveles de salud se tenga profesionales en nutrición para que puedan orientar a las mamás en todo lo que debe alimentarse el niño, y también a aquellas personas que sufre de desnutrición”, señaló a (ANF).
Refirió que pese a la Resolución Ministerial 442 de la gestión 2020 no se ha hecho nada hasta el momento respecto al incremento de casos de obesidad que ha ido derivando en enfermedades cardiológicas y metabólicas.
SIN PREVENCIÓN
La falta de nutricionistas en el sector salud por los limitados ítems que dispone el Gobierno incide en que no exista una política de prevención de la enfermedad y mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes, señaló Lupaca.
“Imagínese, cuando una persona va a ir a hacerse atender por diabetes o por dislipidemia o por otra enfermedad, la parte médica le receta los medicamentos que debe tomar, pero no todos los médicos envían a esa persona enferma hacia la nutricionista, porque no existe en los consultorios muchas nutricionistas”, dijo.
“Lastimosamente se tiene un programa que no piensa en la cantidad de nutricionistas que debería tener cada hospital, y eso es algo que pasa seguramente debido a que no hay una política, por eso es que en este momento en los hospitales no tenemos la cantidad necesaria de nutricionistas”, agregó el presidente del Colegio Médico de Bolivia.
Y las pocas nutricionistas que hay, agregó Lupaca, están totalmente copadas cuando ese debería ser el conducto para evitar las enfermedades, al enviar a la persona enferma a la nutricionista.
Dijo que si bien se le dota de medicamentos a los pacientes, no es suficiente debido a que “por la boca sigue entrando el mal, entonces tiene que haber planificación, un trabajo con los hábitos alimentarios de la persona diabética o con la persona que tenga algún tipo de enfermedad, para enseñarle cómo tiene que alimentarse, hasta estabilizarse o hasta mejorar de su cuadro de enfermedad”.
Indicó que lamentablemente ese trabajo coordinado -que el médico envíe al paciente al nutricionista- no existe por la falta de profesionales, “y muchas personas se van a su casa felices porque los medicamentos le han dado alguna mejoría, pero qué hay de lo que tiene que comer, y ahí la persona sigue y sigue, y algunos se vuelven crónicos, algunos empeoran”.
Señaló que el Gobierno al carecer de una política nutricional para mejorar los hábitos alimenticios de la población, gasta más dinero en medicamentos y atención al no invertir en un nutricionista, y es “una lógica que no terminamos de entender”.
“Y luego estamos dando en la parte de salud diálisis y gastando más dinero por no tener un nutricionista, y eso como profesionales no logramos entender, ¿cuál es la lógica del Gobierno para atender a la población en la enfermedad? Nos necesitan y ellos no se dan cuenta hasta ahora”, apuntó. (ANF).