“Que sea en hora buena, con suerte y se cumpla esta tu casita, no te falte dinerito ni alimentos”, fue el mensaje que don Isidro le dijo a una de sus clientas mientras ch’allaba sus compras de Alasita.
Desde antes del mediodía de ayer, miles de personas se apostaron en lugares donde comerciantes instalaron sus puestos de venta. La avenida Camacho, las inmediaciones y la plaza de San Pedro; el atrio, las aceras del Cementerio General y la plaza San Francisco, en La Paz, además de la Ceja de El Alto, la plaza Juana Azurduy en Villa Dolores, los alrededores de la plaza 16 de Julio y de la plaza del Minero en Santiago II, entre otros lugares de El Alto, se vieron abarrotadas de creyentes.
En unos minutos se veían gente transitando con fajos de billetes, canastas o amarros de productos de la canasta familiar, “casitas”, “autitos” y más artículos que adquirieron con la idea de que se les hará realidad.
Los solteros y solteras cargaban gallos o gallinas, para conseguir pareja, explicaron algunos entrevistados. Otros, regalaban pequeños muñecos que simulaban ser bebés y los obsequiarían a alguien para que tenga hijos.
Para que todo esos deseos se cumplan, según don Isidro, la compra “tiene que ser con fe, eso es lo importante. Después hacer ch’allar entregando a la Pachamama y pidiendo que se cumpla”.
Cada 24 de enero se celebra en La Paz y otros departamentos de Bolivia, la Alasita, palabra que proviene del aymara y significa “comprame”. La festividad también es conocida como la feria de la abundancia o de la miniatura.