Durante estos días fueron sumando los reclamos y cuestionamientos de usuarios en redes sociales que demandan la segunda inyección de la vacuna rusa.
“Tengo a mis padres y muchos familiares en espera de la segunda dosis. Ya pasaron más de 90 días y aún no hay un informe oficial”, publicó un usuario en Twitter.
Así muchas personas están a la espera de este fármaco, que por el retraso ya es sujeto a estudios científicos para combinarlo con otras vacunas.
“Qué rabia. Mi mamá, yo y otros familiares estamos en las mismas”, firma otro usuario en relación a esta espera.
“Hoy me tocaba mi segunda dosis de la Sputnik V, así que fui esperanzado al centro médico donde me había puesto la primera. El médico que estaba en la puerta me dijo que no habían llegado, que esté atento a las noticias. Así que me encuentro en un total estado de indefensión”, publicó recientemente por su parte el usuario Marcelo Paz Soldán.
Frente a este retraso en el envío de estas segundas dosis desde Rusia, el Gobierno boliviano, al igual que otros que también registran esta demora, anticipó que se estudia la combinación de vacunas.
Ya hace unos días, desde un resultado preliminar del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF) daba cuenta de la posibilidad de combinar la vacuna Sputnik V con el suero del laboratorio británico-sueco AstraZeneca.
Medios internacionales informan que de acuerdo a los expertos rusos, los avances en los estudios de combinación de ambas vacunas apuntan a un “alto nivel de seguridad y la falta de reacciones adversas graves”, reportó ANF.
“El análisis intermedio de los datos muestra altos indicadores de seguridad del uso combinado de los fármacos: no se observan fenómenos indeseables graves ni casos de infección con coronavirus tras la vacunación”, indicó en un comunicado el RDIF, que promociona y comercializa la vacuna rusa en países mayormente de América Latina y medio oriente.
En Argentina, donde también se registra desde hace días la falta de la segundad dosis de la vacuna rusa, se infirmó hace unas horas que ese país contará en agosto con tres millones del segundo componente de la vacuna contra el coronavirus Sputnik V, fabricado en el país por el laboratorio Richmond.