Tres días antes, el docente e investigador de la Universidad Autónoma del Beni de la Carrera de Medicina Veterinaria de la Facultad de Ciencias Pecuarias, que también es voluntario rescatista, había recibido llamadas de los vecinos de la calle 9 de Abril, indicando que posiblemente un gato montés estaba merodeando. Realizó el monitoreo por el lugar, y por el olor del animal y la orina, logró percibir que se le había administrado algún tipo de fármaco.
Greminger comenzó a sospechar que al estar situada por este lugar la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Gobernación del Beni; se podría haber acogido al animal, pero no se tuvo ninguna respuesta. Entonces solicitó a los vecinos dar parte si lo veían.
Recibí una llamada de emergencia “que los perros habían hostigado un gato y parecía que era un gato montés, por lo tanto, nos trasladamos mi persona como se puede ver en un video, estoy con ropa de dormir. Estaba ahí el ocelote hostigado por los perros, era muy peligroso que yo realice el rescate solo, por lo que hice la voz de alerta al grupo, en el cual llegó la policía ambiental, los bomberos de la policía, radio patrullas 110, organizamos el rescate y logramos atrapar al ocelote sano y salvo”.
También se logró “evidenciar que el ya se había alimentado de dos gatos, porque logramos ver su osamenta de uno de ellos, que había sido parte de su alimento”.
Los ocelotes son mamíferos medianos y pequeños; que se alimentan con zarigüeyas, monos, murciélagos y otros. También comen reptiles (caimanes jóvenes, lagartos y serpientes) y los huevos de las tortugas. Cazan aves y algunos son buenos pescadores. En general persiguen a sus presas principalmente en el suelo.
“Son muy activos en la noche, se alimentan de pequeños mamíferos, son elevadamente peligrosos, peor cuando ya están en una edad reproductiva o están criando”, explica Greminger.
Al ser 10 veces más agiles que el gato doméstico, “hay que tener mucho cuidado en el momento de la sujeción y manipulación; porque el animal se puede hacer daño cuando se lo atrapa con los lazos de sujeción. Otra gente nos decía porque no utilizan dardos, es muy peligroso usar dardos. Es muy peligroso porque son para animales extremadamente grandes y podemos dañarlo, por eso se optó por el protocolo de rescate a mano limpia. Teniendo todos los cuidados que una persona sola no la puede hacer, por eso esperamos al personal con los cuales les dimos las indicaciones como debería ser cuando ya entré al vacio solo con el animal; ellos tenían que estar hablando al animal; para que este un poco confuso y no se focalice en una sola persona porque si no nos podía hacer mucho daño en el momento de la sujeción”.
Los ocelotes (Leopardus pardalis), llegan a pesar de 9 a 11 kilogramos, poseen grandes orejas y gran sentido auditivo, con unos ojos grandes y expresivos. Las extremidades anteriores tienen cinco dedos y las posteriores, cuatro; las zarpas están provistas de almohadillas, que permiten al animal caminar sin hacer ruido, y con uñas largas, afiladas y completamente retráctiles. Esto último le resulta muy útil cuando no es necesario utilizarlas, como, por ejemplo, al correr, para evitar, de este modo, su deterioro. Tienen pelaje corto.
El felino fue llevado a la escuela hospital de la Carrera de Medicina Veterinaria de la Facultad de Ciencias Pecuarias; “logramos valorar al animal por lo que tiene alto porcentaje que es un animal salvaje; no podía permanecer con el animal más de 72 horas en lo que era encerrarlo se iba a estresarse y podría lastimarse”.
Se contactó con el doctor Efrén Hinojosa de la reserva ecológica Chuchini y se consiguió que sea aceptado, para luego ser liberado en la loma donde habitan animales de su misma especie.
Esta propiedad “tiene distribuidas cámaras de trampa en toda esa propiedad de aproximadamente 15 kilómetros a orillas del río Ibare, Después del protocolo de sacarle el almizcle humano al animal que había sido manipulado fue liberado”. (Trinidad, Erbol-ANA)