La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) a través de su presidente, Fidel Flores, pidió al Gobierno dejar de regular el mercado del maíz, sorgo y trigo para ser más competitivos con estos productos, e insistió en la liberación de semillas genéticamente modificadas, que según este sector, mejorará la productividad.
“Lo que el Gobierno tiene que hacer es no regular el mercado, por ejemplo les voy a comentar el tema del maíz, trigo y el sorgo están regulados, está prohibida su exportación. No es la forma de incentivar la producción”, dijo Flores durante el conversatorio virtual: “Escenario internacional: ¿qué oportunidades y desafíos nos depara a los productores bolivianos?”.
Según el Presidente de Anapo, si el Gobierno abre mercado para esos cultivos, los productores harán todos los esfuerzos para aumentar la superficie de siembra.
Sin embargo, puntualizó que “a eso debe sumarse políticas para acceder a la biotecnología”, en clara alusión a las semillas genéticamente modificadas.
“Estamos seguros que si ahora sembramos 600 mil toneladas, estamos seguros que con el uso de biotecnología vamos a producir 1.2 millones de toneladas, vamos a cubrir el mercado interno y vamos a generar excedentes para la exportación. Tenemos condiciones para responder a eso”, aseveró.
Contrariamente a lo que sostiene la agroecología y los estudios realizados en los países vecinos donde implementaron el uso de los transgénicos, que alertan la contaminación del medioambiente, los suelos e incluso condenan a la desaparición de semillas nativas, Anapo considera que pasa lo contrario.
“El hecho de que accedamos a semillas genéticamente modificadas, se requiere en el ejemplo del maíz, que aparte de mejorar la producción, con estas tecnología se reduce el uso de agroquímicos. En el caso de maíz que hacemos hasta ocho aplicaciones (de agroquímicos) por el ataque del gusano cogollero, se reducirán las aplicaciones”, sostuvo.
A las consultas realizadas en línea respondió Flores: “estas tecnologías ayudan a disminuir el impacto en el medioambiente, y han sido elaboradas en esa lógica (…). Debemos avanzar con estas tecnologías y ser introducidas de manera sustentable”.
Aseguró que los productores están haciendo esfuerzos a pesar de las restricciones de las políticas del Gobierno en responder por la producción de alimentos.
“Lo que tiene que hacer el Gobierno más bien son políticas de Estado que incentiven la producción (…). Por otro lado, tiene que permitir el acceso a las herramientas tecnológicas que tenemos disponibles y permiten mejorar su productividad y como resultado aumentar su producción. De ese modo se garantizará la producción interna y vamos a hacer competitivos”, aseveró.
Fidel Flores, presidente de Anapo -que también fue parte del panel de expertos-, enfatizó que su sector tiene todas las capacidades para garantizar la producción de alimentos, sin embargo, demandó que el Gobierno asuma y viabilice políticas que generen condiciones adecuadas para el sector.
“Vivimos un momento clave, la situación internacional y las condiciones climáticas demandan la necesidad urgente que los productores bolivianos tengamos acceso al uso de nuevos eventos transgénicos en cultivos de soya, maíz y trigo, principalmente”, apuntó.
Con ese objetivo -confirmó- Anapo está a la espera de la aprobación del evento HB4 de soya, resistente a la sequía y cuya adopción por los productores permitiría reducir las pérdidas productivas y económicas que hubo los últimos cinco años, de al menos 500 mil toneladas de grano y un valor de 200 millones de dólares cada año.
“Son tecnologías que están disponibles, que son utilizadas por productores de países vecinos como Brasil, Paraguay, Argentina y Uruguay, y que no podemos desaprovechar en Bolivia porque estamos rezagados en productividad y competitividad”, señaló.
Durante el encuentro virtual, que concentró a expertos del área, profesionales y estudiantes de carreras enfocadas en el agro, además de productores y periodistas, Anapo ratificó su posición sobre el uso de nuevos eventos con semillas transgénicas como una herramienta tecnológica para aumentar la producción, sin necesidad de ampliar la frontera agrícola. (Santa Cruz, Brújula Digital).