El fraude electoral de 2019 fue informático, porcentual y milimétrico, por ello ese 0,57 % que representan a 30.688 votos que le aseguraron la victoria a Evo Morales en primera vuelta fue repudiado por la ciudadanía, manifestó a EL DIARIO el periodista y analista Iván Rada, quien realizó una sistematización de los resultados.
“El resultado final fue de 47,08 % contra 36,51 %. Se cumplía, en apariencia, el requisito para que el candidato presidente sea declarado ganador en primera vuelta. En números –para que vean que los porcentajes son engañosos– Morales obtuvo 2.889.359 votos y Mesa 2.240.920 votos. La diferencia fue de 648.439 de un total de votos válidos de 6.137.671 personas. Ojo, son los votos válidos los que cuentan y no los inscritos o el total del padrón electoral, que son cosas totalmente distintas”, aclaró Rada.
Indicó que en porcentaje, que es lo que la Ley 026 toma en cuenta a efectos constitucionales, ese “al menos diez puntos” se traduce en los 648 mil votos de diferencia entre Morales y Mesa con 10,57 %. Es decir, 0,57 le bastó al Movimiento al Socialismo (MAS) para prorrogarse en el poder, o al menos eso trataron de hacer.
“Incluso otro informe oficioso de un Think Tank del MIT (Demócrata, EEUU) que trató de contradecir a la auditoría de la OEA (Organización de Estados Americanos) rebaja ese porcentaje y cita que “con alta probabilidad Morales pudo llegar a 10.49 %”. El informe del “doctor phd” en Computación de la USAL (PS, España) también habla de negligencias y errores, aunque “no influyentes en el resultado”. Pero “sí hubo toda una estructura disponible a la vulneración”, dijo.
MARGEN ESTRECHO
En criterio de Rada, el fraude se dio en ese margen tan estrecho, que desde la paralización del TREP, el único que subía cada día su porcentaje era Morales. Mesa se mantenía estático y luego caía un par de puntos, suficientes para “perder” la elección.
Recordó que el primer resultado publicado, con el TREP y las encuestadoras, daba 43,9 % para Morales y 39,4 % para Mesa, por lo que todo indicaba que debía llamarse a balotaje para el 15 de diciembre de 2019.
“El TREP se paró con esa tendencia al 83 % y el cómputo oficial hasta las 6 am del lunes solo llegaba al 18,5 %. En la noche, ese cómputo oficial de actas despegó al 60 %, el martes al 95 %, el miércoles al 96 % y el jueves al 98 %. En esos tres días, siete candidaturas se estancaron y no avanzaron ni una décima en sus porcentajes. Solo el MAS que había partido el lunes con 42,31 % subió a razón de 46,33 %; 46,49 % y 46,76 %. CC en cambio, arrancó incluso mejor con 42,55 %, pero en las siguientes 72 horas bajó a 37,18 %; 37,01 % y 36,76 %”, recordó.
En ese marco, cuestionó los resultados porque no eran lógicos. “¿Cómo se explica tremenda diferencia? Estadísticamente, ¿cómo puede subir uno y bajar el otro hasta llegar de forma casi mecánica a esos 10 puntos de diferencia? ¿Cómo puede ser que las otras siete candidaturas no hayan subido ni una décima en tres días?”, cuestionó.
En ese marco, recordó que Patzi denunció fraude contra su partido Movimiento Tercer Sistema (MTS), que en esa elección perdía la sigla con apenas 1,2 %, pero que en sus registros le daban 4,2 %. El entonces gobernador paceño acusó al ente electoral de haber transferido 215.220 votos a favor del MAS en el área rural. Solo admitiendo la impugnación del Tercer Sistema, el MAS y Morales perdían de lejos su margen de “victoria”.
“En términos simples, fueron apenas 31 mil votos los que se alteraron punto a punto y día a día para que Morales no se arriesgue a una segunda vuelta. Fueron 31 mil votos con los que le robaron a Bolivia la democracia, la paz, decenas de vidas y hoy, hasta afrentan contra la libertad”, refirió.