La primera autoridad del departamento explicó que esa decisión se asumió después de una evaluación que hizo el Comité de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) con el fin de actuar de forma preventiva en las zonas de mayor riesgo.
“Nos encontramos en una alerta naranja a roja y no debemos dejarnos sorprender, tenemos que actuar con responsabilidad y a tiempo. Sabemos que los ríos Tahuamanu, Acre y Madre de Dios están sujetos a desbordes que está afectando a las comunidades”, informó.
Varias comisiones del COED se trasladaron a poblaciones de los municipios de Filadelfia, Bella Flor, Porvenir y Sena –asentados a orillas de los afluentes– para levantar datos sobre la cantidad de familias afectadas.
En ese contexto, la gobernadora anunció que en las siguientes horas se enviará la declaratoria de alerta a la Asamblea Legislativa Departamental para su aprobación y de forma paralela autorice el uso de recursos para atender a los damnificados.
Están trabajando para la dotación de víveres y vituallas a las familias afectadas por las inundaciones. Además solicitarán al Servicio Departamental de Caminos (Sedcam) el uso de maquinaria pesada para retirar los escombros de las carreteras que fueron anegadas por el rebalse de los afluentes.
Por otra parte, el Centro Estratégico Operativo (CEO) Amazónico desplegará al personal militar necesario para ayudar con las tareas de rescate de los damnificados.
“Durante el fin de semana 14 familias han sido evacuadas, más de 60 personas, de la comunidad Gran Progreso que está a orillas del río Madre de Dios. También se están recabando datos sobre la cantidad de damnificados en el municipio Filadelfia. De igual forma se reportan riesgo de inundación en los municipios de Bella Flor, en las comunidades Perla del Oriente, Florida, y Palacios”, explicó Juan de Dios Rodríguez, director de Gestión de Riesgo del Gobierno Departamental.
Mientras la cuenca del río Acre que bordea la ciudad de Cobija, de momento, no presenta riesgo de desborde.