También ayer y según han informado fuentes policiales, dos niños han muerto y otro ha resultado herido por la explosión de un proyectil de mortero sin detonar.
El incidente ocurrió en la zona de Bagh e Mir, provincia de Kunduz, en el norte del país, de acuerdo con el Mando Policial del municipio a la cadena afgana Tolo TV. Según las primeras informaciones, los niños estaban jugando con la munición cuando se produjo la detonación.
Estas víctimas mortales se suman a los 16 niños fallecidos en los ataques perpetrados el jueves en la capital, Kabul, y Mazar e Sharif contra los pasajeros de tres minibuses y los fieles de una mezquita, según el balance de los talibán y del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Un día antes, otro niño murió por la detonación de otro proyectil enterrado en la provincia de Uruzgán.
El representante de Unicef en el país, Mohamed Ag Ayoya, pidió el fin de las “graves violaciones” contra los niños en Afganistán, donde los continuos ataques y los restos de munición sin detonar tras décadas de guerra se cobran un alto precio entre los jóvenes.
“Los niños nunca deben pagar el precio de los conflictos de los adultos. Los niños deben estar protegidos en todo momento”, dijo Ayoya.
El mes pasado, al menos nueve niños murieron y decenas más resultaron heridos en una serie de explosiones coordinadas que afectaron un centro de matriculación y una escuela secundaria en Kabul.
Según UNICEF, Afganistán tiene el mayor número de víctimas infantiles verificadas desde 2005, con más de 28.500. (Europa Press)