“Somos conscientes de que estas aguas no serán suficientes para llenar por completo el lago Poopó. Necesitamos al menos tres temporadas consecutivas de lluvias para que el lago pueda recuperar su nivel adecuado”, declaró el secretario departamental de Medio Ambiente, Olson Paravicini.
El reporte de lluvias intensas, anunciado por expertos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), indica que se mantendrán hasta febrero y luego bajarán su intensidad hasta marzo o abril, debido al fenómeno de El Niño.
El lago Poopó tenía a principios de la década una extensión de 2.337 kilómetros cuadrados, pero quedaron reducidas a tres humedales de menos de un kilómetro cuadrado y 30 centímetros de profundidad.
En 2015 fue declarado como totalmente seco, pero las lluvias de inicio de 2022 le dieron algo de vida. El espejo de agua tenía dos principales fuentes que lo alimentaban, los ríos Desaguadero y Mauri. El primero ya no desemboca sus aguas, por desvíos realizados en su curso, solo el segundo deja un caudal bajo.
El reporte entusiasta de la Gobernación da cuenta que también las lluvias contribuyeron, de manera positiva, a que el lago Uru Uru tenga mayor caudal de agua y a su alrededor vuelvan a reverdecer los campos habilitando el área al pastoreo y aparición de aves.
“Hemos observado cómo varios pastos nativos han vuelto a crecer y las áreas destinadas al pastoreo están siendo nuevamente abastecidos con follaje verde. Esto nos ayuda en términos alimentarios como económicos”, sostuvo. (Brújula Digital)