“Como Alcaldía ya no tenemos presupuesto”, se informó desde el Gobierno municipal, que pide ayuda para enfrentar al avance del fuego y las consecuencias de los incendios.
El municipio de Roboré está siendo afectado por incendios que han consumido, hasta las primeras horas de este jueves, “más de 10.000 hectáreas” dañando la flora y fauna de la zona, informó la encargada de comunicación de la Alcaldía, Kathiuska Suárez, que pide ayuda económica y de logística a la Gobernación departamental y al Gobierno central.
“Como Alcaldía ya no tenemos presupuesto”, lamentó al señalar que “el fuego se salió de control” por lo que urge el apoyo aéreo que se pueda brindar desde el Viceministerio de Defensa Civil, quien adelantó que en esta jornada estará en el lugar de la emergencia.
Tres son las comunidades con mayor afectación: San Lorenzo Nuevo, San Lorenzo Viejo y Naranjo, que se encuentran en alerta roja ante el avance de las llamas que arrasan con todo a su paso dejando un panorama desolador en el que, incluso, se han identificado animales muertos que murieron carbonizados y cuyos restos estaban sobre la carretera bioceánica.
“Ya se declaró en desastre el municipio, estamos a la espera de que se pronuncie el Gobierno para que nos dé una respuesta, porque ya estamos sin capacidad para poder solventar a todas las comunidades afectadas y a los voluntarios bomberos que están haciendo su labor”, precisó.
“En este momento nos encontramos también sin presupuesto para poder llevar a las comunidades víveres, que están haciendo falta, ya que la misma sociedad civil es la que está encargándose de ayudar a nuestros bomberos”, explicó la funcionaria, lamentando que como Alcaldía ya no tienen recursos económicos por lo que “estamos pidiendo auxilio”.
POBLACIÓN AFECTADA
Ante los incendios se ha generado una densa humareda, afectó a los comunarios que han reportado la irritación de los ojos y problemas en las vías respiratorias, por lo que desde la Alcaldía se propuso iniciar la evacuación de niños y adultos mayores de las tres comunidades más afectadas.
Sin embargo, “se resisten” y “no quieren abandonar” sus casas, argumentando que quieren quedarse para ayudar en la sofocación de las llamas. Con esto, se les ha dotado de barbijos, colirios y toallas para ayudar a mitigar los embates del avance del fuego. (Roboré, agencias)