Álvarez se hizo presente en oficinas de la CAF en la ciudad de La Paz, para entregar esta nueva nota, pues ya remitió tres cartas con fechas 7 de junio, 17 de agosto y 5 de septiembre, que hasta ahora no tienen respuesta del representante en Bolivia de ese ente financiador internacional, Florentino Fernández.
“Como es de conocimiento público, el diseño de esta carretera, financiada por la CAF con 112 millones de dólares, mediante Ley 1042 aprobada el 7 de abril de 2018, atenta contra los reservorios de agua que sirven para abastecer del líquido elemento al área metropolitana de Santa Cruz, esto ha provocado conflictos sociales, bloqueo de caminos y denuncias de tráfico de tierras, con proyectos inmobiliarios que confirman la intención de llevar asentamientos en esta área de características medioambientales”, remarca parte de la misiva.
Álvarez adjuntó el pronunciamiento de la sociedad civil organizada, que este 4 de septiembre conformó la “Red Social para la defensa del agua y la vida”, con la participación de ingenieros ambientales, colegios de biólogos, activistas por la naturaleza, líderes indígenas, autoridades nacionales, departamentales y municipales, todos comprometidos en precautelar los recursos hídricos de Santa Cruz.
“Entre los postulados de la CAF está la defensa del medio ambiente y como banco verde apelamos nuevamente a que se pueda aportar para la solución a este conflicto generado por la falta de planificación y transparencia del nivel central del Estado que confirma el total desconocimiento de la realidad del departamento de Santa Cruz, su territorio y sus recursos ambientales e hídricos”, agrega la nota.
Finalmente, la legisladora cruceña deploró las amenazas vertidas por el ministro de Obras Públicas, Edgar Montaño, quien dio “diez días de plazo” para que la Gobernación de Santa Cruz apruebe los tramos cuestionados y con ello se ejecute la contraparte de la construcción; caso contrario, advirtió el funcionario, la gente iniciaría medidas de presión.
Sobre Montaño, la Gobernación reveló que este miembro del gabinete ministerial compartió información confidencial, relacionada a la CAF y al proyecto de la carretera La Guardia – Buena Vista, en 2017, cuando fungía como diputado del MAS. Esta situación fue calificada como un presunto tráfico de tierras, además de dejar descalificado como interlocutor al funcionario de quien hoy depende la Administradora Boliviana de Carreteras.