El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay renunció a su cargo luego de descubrirse una serie de mensajes en chats y audios donde presuntamente intenta ocultar información a la justicia, que investiga el otorgamiento de un pasaporte uruguayo al narcotraficante Sebastián Marset. Ese pasaporte, según las autoridades, posibilitó que Marset fuera liberado de Dubaí, donde estaba detenido, a comienzos de 2022.
“El ministro (de Gobierno) ni aunque lo censuren, no renuncia; ni aunque lo boten, no quiere irse. El presidente no lo echa. En otros países (las autoridades) son más conscientes (…). ¿Qué demuestra eso? Estos ministros se agarraron de la corrupción a fondo y no quieren soltar; acá, claramente debe ser Lucho (Jefe de Estado) quien está agarrando todas esas recaudaciones. ¿Qué más se puede pensar?”, dijo Mendoza.
El parlamentario sugirió que, por ética y moral, Del Castillo deje el cargo porque no hace bien su trabajo; por ejemplo, hasta la fecha, el narcotraficante Sebastián Marset no fue capturado y la autoridad sólo hizo que pase el tiempo para que la población olvide el caso, como supuestamente ocurre con varios hechos de corrupción denunciados.
Desde inicios de agosto, cuando se desplegó 2.000 policías en busca del narco uruguayo, no existen avances serios sobre la captura de Marset.
Del Castillo fue censurado en la Asamblea Legislativa, tras ser interpelado sobre el tráfico de vehículos robado en Chile y su comercialización ilegal en Bolivia. La Constitución Política del Estado establece que la autoridad censurada debe ser destituida, pero el presidente del Estado volvió a posesionarlo en su mismo cargo. (ANF)