El Mossad, la agencia de inteligencia israelí, llevó a cabo una operación que duró más de una década, culminando en las explosiones de buscapersonas y walkie-talkies en todo Líbano el pasado septiembre.
Dos ex agentes del Mossad señalaron, en una entrevista a la cadena televisiva CBS, que el diseño de baterías con dispositivos explosivos así como su posterior infiltración en la cadena de suministro, a través de empresas fantasma, estuvo integramente a cargo de la agencia.
La operación tuvo un impacto devastador, matando al menos a 42 personas e hiriendo a más de 3.500. El plan provocó la condena internacional, con el Comisionado de Derechos Humanos de la ONU calificándolo de acto «escandaloso» e «inaceptable» que viola las leyes de derechos humanos.