La importación de combustibles superan los 3.000 millones de dólares y la escasez de divisas hace más difícil cumplir con sus obligaciones. Cisternas paradas por falta de pago.

A pesar de los anuncios de abastecimiento de diésel al mercado nacional por parte de las autoridades, pero que dependerá de la disponibilidad de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), según la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), los productos alertan de una crisis alimentaria porque están en puerta la cosecha y siembra de soya y arroz, y no pueden hacerlo por falta de combustible. Mientras tanto, en Arica hay restricción y dos buques esperan su turno para descargar.
La carencia de una política energética e hidrocarburífera llevó a Bolivia a la actual situación, ya que los dos gobiernos del Movimiento al Socialismo (MAS), una con Evo Morales y ahora con Luis Arce, cosecharon las inversiones realizadas en la década de los 90, a través de la nacionalización. No lograron reponer las reservas por falta de exploración.
Es por ello que Bolivia estaría a un paso de ingresar a una crisis energética, debido a la falta de diésel y gasolina, por el momento el gas y la energía no tienen problemas, pero la alimentaria podría adelantarse por falta del insumo para cosechar y sembrar en el sector agrícola.
¿Qué es una crisis
energética?
La industria, los hogares, el comercio y el transporte necesitan energía. Hasta hace poco, la demanda de energía se cubría principalmente con combustibles fósiles, es decir, quemando carbón, gas y petróleo. A diferencia de las energías renovables, estas fuentes de energía se denominan de tipo fósil. Cuando las reservas energéticas existentes dejan de estar disponibles en cantidades suficientes para satisfacer la demanda, se produce una crisis energética, según “viessmann.es”.
Ante ese panorama, el presidente del Colegio Departamental de Economistas de Tarija, Fernando Romero Torrejón, hace una comparación de lo que sucede en Bolivia con la famosa novela de Gabriel García Márquez: Crónica de una muerte anunciada.
Detalla que Bolivia registra una crisis cambiaria, de balanza comercial y fiscal, al sumarse la energética, obviamente, provocará una alimentaria.
A través del proceso de nacionalización de los hidrocarburos en 2006, el Gobierno consumió la cosecha, de una siembra que se realizó una década atrás y no repuso las reservas.
El analista en hidrocarburos, Mauricio Medinaceli, en entrevista con medios de comunicación, dijo que la ley de hidrocarburos fue una norma para cosechar todo lo que se hizo anteriormente, y ahora el país requiere de una normativa para sembrar nuevamente.
“No se ha repuesto ni (se ha elaborado una) ley de Hidrocarburos productiva para atraer inversiones que ayuden a aumentar la producción de gas y petróleo en el país”, apunta Romero.
Crisis energética
Mientras el analista económico Darío Monasterio recordó que no siempre hubo crisis energética en el país, ya que Bolivia era un exportador de energía durante décadas, en especial a Brasil y Argentina, además había posibilidad de incluir a Chile, pero por temas políticos más que económicos, no se logró.
Con referencia a la actual situación que enfrenta el país con la irregular distribución de combustibles, Monasterio sostiene que fue provocada por las malas políticas energéticas del Gobierno, que incluye no sólo a los hidrocarburos sino también a otros combustibles.
Recordó que los excedentes de la producción de gas se exportaban, así mismo la de líquidos se destinaba a producción de combustibles.
Señaló que el diésel en Bolivia no era autosostenible o autoabastecía, la importación era mínima, pero sí lo era en gasolina, la situación cambió drásticamente por la mala política hidrocarburífera y energética.
La crisis de combustibles genera impacto en la oferta y en la producción, que repercute en el sector productivo, que requiere diésel para sembrar y cosechar alimentos.
Monasterio asegura que el principal insumo de producción de las personas y las empresas es el combustible, ya que permite la movilidad, pero restringir la oferta reduce los ingresos de ambos y esto también se traduce en mayor inflación.
El entrevistado recuerda que poca producción o servicio se traduce en un aumento del precio, así mismo la restricción de la oferta de alimentos puede provocar una crisis alimentaria.
Arroz
Mientras tanto, el representante de la Federación Nacional de Cooperativas Arroceras (Fenca),
Gonzalo Vásquez, en declaraciones los medios de comunicación, alertó que la seguridad alimentaria está en riesgo por crisis de diésel.
Los productores agropecuarios alertan que está en peligro 2,5 toneladas de alimentos que se destinan al sector avícola, porcino, al de res, así como a sus derivados, como el queso y la leche.
El Beni ya debería haber empezado a cosechar 70.000 hectáreas de arroz y enviarlo a Santa Cruz, sin embargo, el retraso en la provisión de diésel amenaza la producción y el inicio de las lluvias ya afectó al 10% de la siembra, indicó Vásquez.
Al igual que el arroz, la soya también corre peligro, que genera más de 2.000 millones en divisas. El representante detalló que en febrero Beni ya estaba lista para cosechar 70.000 hectáreas, la falta de diésel impidió llevar a cabo estas labores agrícolas y esta situación afecta a 35.000 productores, entre pequeños, medianos y grandes.
Santa Cruz debe empezar con la cosecha y siembra entre medianos de marzo y abril, pero el fantasma del desabastecimiento de diésel preocupa a los productores. Alertan sobre escasez de alimentos, como el año pasado.
“Hay mucha inversión pero no logran cosechar porque no hay diésel”, apunta.
A nivel nacional esperan alcanzar una cosecha de 150.000 hectáreas, ante la falta de diésel y gasolina dejan incierta esta acción agrícola.
Por ello se declaran en estado de emergencia. Vásquez explica que con la cosecha y mayor oferta en el mercado nacional, se esperaba incidir en el precio hacia la baja, pero la actual situación no permitirá que el valor de los productos pueda reducir su costo.
Estimó que el déficit en la provisión de arroz en el mercado interno alcanzará al 20%, por lo que se deberá importar, habrá dificultades en la compra por la escasez de divisas, además el valor en los países vecinos es el doble que en Bolivia.
Importación
Por otra parte, Romero se refirió a la importación de carburantes debido a la caída de la producción; señaló que en los últimos años la compra alcanzó a 3.300 millones de dólares, casi 9 millones por día.
Aseveró que el diésel es clave para las diferentes actividades económicas y productivas, por falta de este combustible afectará a la producción de alimentos.
Asegura que la importación de combustibles no resolverá el problema, sino se debe apuntar al cambio del modelo económico.
Mientras Monasterio señala que el problema apunta a una crisis estructural y la aprobación de créditos en la Asamblea Legislativa no puede ser parte de la solución, ya que los mismos tienen otra finalidad.
Dijo que no se puede pensar que sólo es cuestión de precio si no de cantidad de abastecimiento y el Gobierno debería abastecer combustibles al mercado nacional.
Entretanto, reportes de Chile señalan que dos buques con combustible para Bolivia no pueden descargar, debido a las restricciones aplicadas en la terminal portuaria de Arica, a partir del 4 de marzo.
También hay denuncias de que cisternas no pueden descargar en Palmasola por la falta de pago, así como movilidades paradas en Asunción, Paraguay, por la misma situación.