Tras el reconocimiento del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, a la supuesta victoria de Nicolás Maduro en las recientes elecciones presidenciales de ese país, consolidando un “fraude grotesco”, los expresidentes bolivianos, Jeanine Añez y Carlos Mesa, reprocharon este acto advirtiendo que la dictadura venezolana aplicó el mismo método de Evo Morales en 2019 para buscar perpetuarse en el poder.
A través de sus redes sociales, ambos exmandatarios reprocharon la determinación de una instancia de justicia, claramente controlada por la dictadura venezolana, recordando que la población boliviana sufrió hechos similares en los comicios generales anulados por fraude en 2019.
En criterio de Añez, la dictadura venezolana manipuló al ente electoral y la justicia de su país, con fines fraudulentos, de la misma forma en que Morales hizo en Bolivia, antes de renunciar a la presidencia y abandonar el país en medio de una crisis política y social producto del fraude.
Asimismo, reprochó que el Gobierno boliviano se aleje de otros países de la región que rechazan el reciente fraude en Venezuela, demostrando respaldo a un régimen ampliamente cuestionado a nivel internacional.
“El pueblo boliviano sufrió el fraude de 2019, denunciado por la Organización de Estados Americanos, apañado por el Órgano Electoral y la Procuraduría de Evo Morales. El mismo método usó Maduro para perpetuarse en Venezuela. Qué vergüenza la ausencia del gobierno de Bolivia en rechazo internacional al fraude”, expresó Añez.
Por su parte, el expresidente Mesa aseguró que los recientes hechos en Venezuela, han superado lo acontecido en Bolivia con el fraude de Evo Morales, cuando el Órgano Electoral y la Procuraduría, actuaron como cómplices del fraude.
“El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, controlada por Maduro, se ha prestado a consolidar el fraude electoral más grotesco de la historia mundial reciente. Sin actas, sin certificación de veedores y sin ninguna prueba fehaciente, las instituciones estatales venezolanas, convertidas en títeres del gobierno intentan imponer una brutal dictadura por encima del voto mayoritario de los ciudadanos. Tal acción ha superado incluso al gigantesco fraude que vivimos en Bolivia en 2019, donde la complicidad del OEP y la Procuraduría fue más que evidente”, indicó.
El pasado jueves, el TSJ venezolano convalidó los resultados de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, pese a la denuncia internacional por fraude y el rechazo de la población venezolana.
Ayer, mediante un comunicado conjunto, sin Bolivia, los gobiernos de Argentina, Costa Rica, Chile, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay rechazaron “categóricamente” este anuncio, denunciando que se pretende convalidar unos resultados carentes de sustento.
“Nuestros países ya habían manifestado el desconocimiento de la validez de la declaración del CNE, luego de que se impidió acceso a los representantes de la oposición al conteo oficial, la no publicación de las actas y la posterior negativa a realizar una auditoría imparcial e independiente de todas ellas”, señala la nota.
De esta forma, países de la región, reiteraron que solo una auditoría imparcial e independiente de los votos, que evalúe todas las actas, permitirá garantizar el respeto a la voluntad popular soberana y la democracia en Venezuela.
Asimismo, se expresó una profunda preocupación y rechazo por las violaciones a los Derechos Humanos perpetradas en contra los ciudadanos, que pacíficamente reclaman el respeto al voto de la ciudadanía y el restablecimiento de la democracia.
Organismos como la Unión Europea adelantaron que no se reconocerá a Nicolás Maduro como Presidente de Venezuela hasta que no se entreguen y puedan ser verificadas las actas electorales con las que el ente electoral de ese país sustentó los resultados de los comicios del 28 de julio. “Mientras no veamos un resultado que sea verificable no lo vamos a reconocer”, señaló Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.
“Todo el mundo tiene que poder constatar cuál es el resultado de una elección”, afirmó el representante.