La mayoría de los refugiados llegados a Etiopía por los combates, que dejaron además cientos de miles de desplazados internos, son mujeres, niños, ancianos con necesidades específicas que llegan «sin nada, asustados y hambrientos», según un comunicado conjunto.
Explicaron que entre ellos existe un elevado número de menores no acompañados y subrayan que la situación humanitaria sobre el terreno es calamitosa, con desnutrición aguda moderada observada en muchos niños y niñas menores de cinco años, y en mujeres embarazadas y lactantes.
«El Gobierno etíope y las comunidades locales acogieron generosamente a las personas refugiadas, ofreciéndoles toda la ayuda que pudieron, pero con las continuas llegadas, los recursos ya están muy sobrecargados», afirmó la directora de la Oficina Regional del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) para África Oriental, el Cuerno de África y los Grandes Lagos, Clementine Nkweta-Salami.
«Necesitamos fondos adicionales para acelerar la entrega de ayuda y hacer frente a las agudas y crecientes necesidades humanitarias», apuntó. De esta forma, las agencias señalaron que estos fondos ayudarían a dar alojamiento, alimentos y artículos como mantas, colchonetas y mosquiteras.
También especificaron que ya se está dando asistencia de emergencia para cubrir las necesidades alimentarias y nutricionales más inmediatas de las personas recién llegadas. La ayuda priorizará los servicios de protección infantil, prevención y respuesta a la violencia de género, documentación y educación.
En este contexto, se crearán espacios adaptados a la niñez para contribuir a su bienestar y se llevarán a cabo servicios de localización y reunificación familiar, así como acuerdos de atención alternativa para las niñas y los niños separados de sus familias.
Las agencias reseñaron que el objetivo es establecer dos campamentos en Mirkan y Docmo, en terrenos facilitados por las autoridades de Etiopía, mientras que se realizarán inversiones para ampliar los centros sanitarios públicos, suministrar medicamentos y atención médica, y establecer programas de apoyo nutricional.
«Esta afluencia de personas refugiadas se produce en el peor momento posible, en una zona extremadamente remota de la región somalí de Etiopía, que es también una de las más afectadas por la peor sequía de los últimos 60 años», apuntó el director regional del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para África Oriental, Michael Dunford. «Para salvar vidas, necesitamos financiación inmediata», añadió.
Por último, las agencias alertaron de que los niveles de financiación siguen en mínimos críticos y sostuvieron que a medida que aumente el número de desplazados las necesidades superarán cada vez más los recursos disponibles.
El llamamiento fue realizado por ACNUR, el PMA, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), el Fondo de Población de la ONU (UNFPA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), así como las organizaciones no gubernamentales GOAL, el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), Organización para el Desarrollo Sostenible (ODS) y OWS Development Funds (OWS-DF).
Los combates estallaron el 6 de febrero en Las Anod, centro administrativo de la región de Sool, entre las fuerzas de Somalilandia y grupos milicianos luego de que los líderes locales representados en la llamada Autoridad de Unidad y Salvación de las regiones de Sool, Sanaag y Cayn (SSC) declaran su intención de volver a unirse a la Somalia federal.
Somalilandia declaró su independencia de Somalia en 1991, pero no obtuvo un amplio reconocimiento internacional por su estatus y enfrentó la oposición de algunos ancianos de clanes en áreas en disputa a lo largo de su frontera con el estado semiautónomo de Puntlandia, en Somalia. (Europa Press)