Estados Unidos, Catar y Egipto median para alcanzar un alto al fuego entre Israel y Hamás que permita la entrada de ayuda humanitaria al devastado enclave palestino y la liberación de 116 rehenes.
El jefe del Estado Mayor del Ejército de Israel, Herzi Halevi, aseguró ayer que sus tropas respetarán un eventual cese al fuego en la Franja de Gaza que permita la liberación de los rehenes que siguen cautivos en el enclave, pero afirmó que después regresarán a “operar con gran fuerza”.
“Las Fuerzas de Defensa de Israel sabrán cómo cumplir con cualquier acuerdo que sea aprobado por el nivel político, e incluso al final de un alto el fuego, regresar y operar nuevamente con gran fuerza”, indicó Halevi, en una conferencia de prensa en la base aérea de Palmahim, al sur de Tel Aviv.
Las tropas israelíes “no dejarán de trabajar para liberar a los rehenes, aquellos para quienes el tiempo pasa con gran dificultad, y no renunciaremos a seguir degradando a (el grupo islamista) Hamás hasta alcanzar ese objetivo, y por supuesto no renunciaremos a lograr la seguridad para los ciudadanos de Israel”, añadió.
El funcionario subrayó que los soldados han logrado “muchas bajas en Hamás”, como la de Rafaa Salameh, mano derecha del “número dos” de Hamás dentro del enclave, Mohamed Deif, ambos autores intelectuales del ataque del 7 de octubre.
Esto “es muy importante para la creación de las condiciones para un acuerdo para devolver a los rehenes”, agregó.
Estas declaraciones surgen luego de que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijera que “durante meses no hubo avances (hacia un pacto de cese el fuego para rescatar a los rehenes), porque la presión militar no era lo suficientemente fuerte”, y que esto sólo cambió cuando insistió en que el Ejército realizara una incursión terrestre en Rafah, en el extremo sur de la Franja de Gaza.
Esta incursión se materializó el 6 de mayo, en medio de la indignación internacional, pues en esa ciudad, fronteriza con Egipto, se albergan cientos de miles de civiles desplazados por la guerra.
Estados Unidos, Catar y Egipto se encuentran mediando para alcanzar un alto al fuego entre Israel y Hamás, que permita la entrada de ayuda humanitaria al devastado enclave palestino y la liberación de los 116 rehenes que el grupo islamista mantiene cautivos en Gaza desde que los secuestró en su ataque del 7 de octubre, cuando se desató la guerra.
La semana pasada, Benjamín Netanyahu insistió en que apoya un acuerdo de cese el fuego con Hamás para liberar a los rehenes, siempre y cuando respete sus “líneas rojas”, que incluyen permitir al Ejército reanudar los combates en el enclave hasta desmantelar al grupo islamista.
Sin embargo, una de las exigencias que Hamás ha planteado para acceder a un pacto es el cese definitivo del fuego.
Por otro lado, cuando un periodista preguntó a Halevi si planea renunciar por su responsabilidad en la falta de prevención del ataque del 7 de octubre, respondió que tomará una decisión una vez que “las tareas estén completadas”.
De momento solo se han producido tres dimisiones de relevancia en Israel por los errores del 7 de octubre: la del jefe de la inteligencia militar israelí, el general Aharon Haliva; la del general de brigada Avi Rosenfeld, comandante de la división de Gaza; y la del jefe para el distrito sur del Shin Bet, cuya identidad, como la de todos los trabajadores de esta agencia de inteligencia, no ha sido atendida. (Infobae)