La zona más afectada, que registró todos los fallecimientos declarados por la ONU, fue el municipio de Bardera, en la región meridional de Gedo, escenario de súbitas inundaciones desde el 12 de marzo en lo que expertos de Naciones Unidas consideran como un inicio temprano de una temporada de lluvias que habitualmente comienza en abril y dura hasta el mes de junio.
La situación también es grave en el estado de Galmudug, en el centro del país. Desde el pasado miércoles, las fuertes lluvias provocaron inundaciones y cortes eléctricos en las localidades de Cadaado y la capital estatal, Dusmareb. El desbordamiento de una cuenca a las afueras de esta última ciudad anegó los barrios periféricos de Waher Ade y Dayah, por el momento inaccesibles.
Naciones Unidas recuerda el impacto especialmente grave que comportan estas inundaciones entre los casi tres millones de desplazados internos que malviven hacinados en campamentos distribuidos por todo el país, dos terceras partes de ellos en la región centro-sur, y se encuentran particularmente expuestos a las enfermedades derivadas de la contaminación del agua y el daño a las infraestructuras de depuración provocadas por las inundaciones.
Por ejemplo, la ONU recuerda que al menos 105 personas recibieron atención médica desde principios de febrero en la localidad de El Barde, en la
región suroeste de Bakook, por posibles casos de cólera u otras enfermedades diarreicas.
Cabe recordar también que estas lluvias se insertan dentro del clima extremo de Somalia, donde coexisten las fuertes precipitaciones con los meses de sequía. Estimaciones para este año de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), pronostican una probabilidad del 50 por ciento de precipitaciones por debajo de lo normal en la mayor parte de Somalia.
El Gu, en su versión más moderada, es una temporada de lluvias imprescindible para los agricultores y los ganaderos somalíes al suponer el principal medio de reposición de cosechas y pastos de cara a los meses de sequía pero, según los expertos de la ONU, todo apunta a que el país volverá a padecer su sexta temporada consecutiva de lluvias por debajo del promedio, un fenómeno sin precedentes desde el inicio de los estudios al respecto e incluso a pesar de las precipitaciones de los últimos días. (Europa Press).