“El caos climático está alcanzando nuevos récords, pero no podemos permitirnos el mismo patrón de culpar y esperar a los demás para dar el primer paso”, proclamó Guterres.
En este sentido, dijo que el cambio climático no es sólo un cambio de la meteorología, sino un cambio en la vida de nuestro planeta. A su juicio, las acciones adoptadas hasta ahora se están quedando increíblemente cortas, pero ve margen para cumplir los compromisos del Acuerdo de París y mantener el ascenso de las temperaturas por debajo de los 1,5 grados.
Apeló a los países del G20, que generan el 80 por ciento de las emisiones de gases contaminantes y deben liderar, lo que pasa entre otras cuestiones por poner fin a la adicción a los combustibles fósiles, eliminando los subsidios, prohibiendo el carbón en 2030 en los países de la OCDE y cobrando las emisiones, aumentar masivamente la inversión en energías renovables.
El cambio climático figura en la lista de lo que Guterres, catalogó de amenazas existenciales, a la que incorpora además las tecnologías disruptivas.
REFORMAR EL MARCO
POLÍTICO Y ECONÓMICO
El representante dejó ante la Asamblea General esbozos de un mundo «inestable», con alusiones a acontecimientos recientes como las inundaciones en el este de Libia, donde se acumulan las «víctimas de años de conflicto, víctimas del caos climático y víctimas de líderes, que tanto cerca como lejos, fracasaron a la hora de lograr la paz» en el país norteafricano.
El mundo es cada vez más multipolar, pero la multipolaridad no garantiza la paz. El secretario general abogó de nuevo por adaptar el propio marco de la ONU al mundo de hoy, teniendo en cuenta que instituciones como el Consejo de Seguridad, reflejan las realidades de 1945, pero no las de hoy en día: «El mundo ha cambiado, las instituciones no».
ACTUALIDAD INTERNACIONAL
Guterres aprovechó, además, para condenar la invasión de Rusia sobre Ucrania, contraria al Derecho Internacional, y abogar por la recuperación del acuerdo que permitía hasta julio la exportación de grano a través de puertos ucranianos en el mar Negro, roto por las reticencias de Moscú. «No renunciaré a mis esfuerzos», insistió, con vistas a seguir negociando.
Haití, Afganistán, Siria y Birmania, preocupan igualmente al jefe de Naciones Unidas, que quiso poner el foco en la escalada de violencia en los Territorios Palestinos, que se cobró ya un terrible balance de vidas.
Frente a todos estos desafíos y conflictos, apeló a la solidaridad internacional, ya que el sistema humanitario global está al borde del colapso. Varias agencias de la ONU expresaron en los últimos meses su preocupación por la falta de fondos y Guterres, recogió el guante al lamentar los recortes masivos que ello conlleva, para acto seguido señalar: «Si no alimentamos a los hambrientos, alimentamos el conflicto».
Guterres aseguró que las mujeres aún están esperando a tener las mismas oportunidades y los mismos sueldos, en un contexto en el que hay países que penalizan a las mujeres por llevar demasiada ropa y otros, en cambio, por llevar poca, sin aludir a ningún caso concreto. (Europa Press).