Los gobiernos de Estados Unidos y de Irán han concluido ayer un canje de diez presos –cinco por país– que implica también el desbloqueo de 6.000 millones de dólares de fondos iraníes retenidos en Corea del Sur y en el que Qatar y Omán han hecho las veces de mediadores.
El portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, ya había avanzado en rueda de prensa el inminente inicio del proceso, que ha terminado por confirmar en un comunicado el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, satisfecho por el hecho de que «cinco estadounidenses inocentes» puedan «volver a casa por fin».
Los cinco presos estadounidenses liberados por Irán son Siamak Namazi, Morad Tahbaz, Emad Shargi y otros dos militares que han permanecido en el anonimato y que estaban acusados de espionaje. Por su parte, los iraníes excarcelados son Mehrdad Moein Ansari, Kambiz Attar Kashani, Reza Sarhangpour Kafrani, Amin Hasanzadé, y Kaveh Lotfolá Afrasyabi.
La televisión iraní ha mostrado imágenes de los cinco estadounidenses llegando a Qatar, país que se encargará también de custodiar los 6.000 millones de dólares que permanecían bloqueados en cuentas surcoreanas y que, según han aclarado fuentes de la Administración Biden, sólo estarán disponibles con fines humanitarios y bajo supervisión del Departamento del Tesoro estadounidense.
El gobernador del fondo del Banco Central de Irán, Mohamad Reza Farzin, ha confirmado el traspaso de los fondos, en concreto «5.573.492.000 euros» que ahora están repartidos en dos bancos de Qatar, según Press TV, que ha confirmado también la llegada a Doha de los primeros presos iraníes.
Biden ha agradecido los «incansables esfuerzos» de Suiza, Corea del Sur, Qatar y Omán, con especial énfasis en el emir qatarí y el sultán omaní, ya que fueron quienes «ayudaron a culminar el acuerdo» durante meses que han sido «difíciles», informa la Casa Blanca en un comunicado.
El mandatario norteamericano también ha querido recordar «a quienes no han vuelto», como el exagente del FBI Robert Levinson, y ha dejado claro que la política de Washington hacia Teherán no cambiará, lo que pasa incluso por anunciar la imposición de nuevas sanciones.
En concreto, Biden ha anunciado castigos contra el expresidente Mahmud Ahmadineyad y el Ministerio de Inteligencia iraní, señalados por su papel en las detenciones. «Seguiremos imponiendo costes a Irán por sus provocaciones en la región», ha advertido en la nota.
Las sanciones, confirmadas por el Departamento del Tesoro, implican restricciones para los lazos con las personas y entidades señaladas, así como la congelación de los activos que puedan tener bajo la soberanía de Estados Unidos. El secretario del Tesoro adjunto para Terrorismo e Inteligencia Financiera, Brian E. Nelson, ha acusado a Ahmadineyad de «causar un daño y un sufrimiento inconmensurables tanto para las víctimas como para sus familias».
NO VIAJAR A IRÁN
La Casa Blanca también recordó que hay una recomendación en vigor para no viajar a Irán, entre otras razones por el riesgo a ser víctimas de «arrestos arbitrarios». En este sentido, Biden ha señalado que Estados Unidos no puede garantizar las liberaciones de todos los casos.
También se ha expresado en la misma línea el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, quien ha advertido de que «no hay garantías de lograr un resultado similar» en el caso de futuros arrestos, por lo que ha pedido que quienes estén en Irán se vayan «inmediatamente».
Tanto Biden como Blinken han prometido seguir trabajando «incansablemente» para lograr la excarcelación de otros 30 ciudadanos estadounidenses detenidos en todo el mundo.
CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN EN EEUU
El expresidente Donald Trump ha calificado el acuerdo de «precedente terrible» en un mensaje publicado en la red Truth Social para criticar el «pago de un rescate de 6.000 millones de dólares» a Irán. «En cuanto pagas una vez, tienes que pagar siempre y habrá más rehenes», advirtió.
Para el exvicepresidente Mike Pence, el pacto «fomenta el terrorismo en Oriente Próximo» y demouestra a China que puede beneficiarse del «apaciguamiento» estadounidense.
Para el congresista Mike McCaul, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, este acuerdo «crea un incentivo directo para que los adversarios de Estados Unidos tomen más rehenes en el futuro».
Incluso la cadena CNN, habitualmente más cercana a Biden, ha publicado un análisis firmado por Stephen Collinson que advierte de que «el precio para que Biden haya traído a cinco estadounidenses a casa (…) es un surtidor para las afirmaciones de los republicanos y su narrativa de que es débil, de que está perdiendo facultades críticas y de que es blando con un enemigo declarado de Estados Unidos». El artículo se titula «Biden recibe un golpe político, pero trae a estadounidenses a casa». (Europa Press)