China es uno de los pocos países fuera de Medio Oriente que Assad visita desde el inicio en 2011 de una guerra civil que mató a más de medio millón de personas, desplazado a millones más y dañado las infraestructuras y la industria de Siria.
Assad aterrizó en el aeropuerto de Hangzhou (este), donde asistirá el sábado a la ceremonia de inauguración de los Juegos Asiáticos.
El avión de Air China en el que viajaba fue recibido en la pista con música y artistas ataviados con coloridos trajes, mientras las banderas china y siria ondeaban en el cielo, según imágenes de la cadena estatal CCTV.
El mandatario sirio y otros líderes extranjeros se reunirán con el presidente Xi Jinping en Hangzhou, según CCTV.
Según la presidencia siria, Assad también viajará a Beijing.
El ministerio de Relaciones Exteriores chino afirmó que la visita servirá para llevar los lazos entre ambos países a un “nuevo nivel”. China y Siria tienen una amistad “profunda”, declaró Mao Ning, portavoz de la cancillería, en un encuentro con la prensa.
“La visita de Al Assad a China se percibirá como una señal de que las relaciones entre China y Siria podrían restablecerse una vez más al nivel anterior a la Primavera Árabe, cuando las dos partes participaban en una amplia gama de cooperación y compartían una sólida amistad”, indicó el académico Yin Gang.
Yin vaticinó que el mandatario sirio “abordará la cooperación práctica al reunirse con los líderes chinos, incluida la reanudación de proyectos como la construcción de embalses, campos petrolíferos y otras infraestructuras, así como discutir nuevas áreas potenciales de cooperación”.
China forma parte de los aliados del presidente Assad y regularmente se abstuvo en la votación de resoluciones contra Damasco en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, la última visita de Assad al gigante asiático se remonta a 2004. Fue la primera de un dirigente sirio desde el establecimiento de relaciones diplomáticas con Beijing en 1956.
El régimen de Damasco empezó este 2023 un acercamiento con numerosos países árabes después de años de aislamiento por la guerra civil que estalló en el país en 2011. Esta normalización de las relaciones quedó refrendada en mayo con el regreso de Damasco al seno de la Liga Árabe y la participación del presidente sirio en una cumbre en Arabia Saudita.
China juega un papel cada vez más preponderante en Medio Oriente, como quedó patente con su mediación en el acercamiento diplomático a principios de año entre Irán y Arabia Saudita, históricos rivales.
También, en medio de un incremento de la rivalidad con Estados Unidos, Beijing intensifica sus relaciones con gobiernos autoritarios a los que Washington y sus aliados occidentales intentan aislar.
Por Beijing desfiló este año los presidentes bielorruso Alexander Lukashenko, iraní Ebrahim Raisi y venezolano Nicolás Maduro, que realizó una gira por China la semana pasada.
Varios altos cargos de Rusia fueron recibidos en el gigante asiático, que espera el próximo mes a su presidente Vladimir Putin.
Una delegación del régimen talibán de Afganistán se encuentra actualmente en China. (Infobae/Afp/Efe)