Antes de Boza, ya fueron retirados los embajadores en Honduras, Jorge Raffo Carbajal, y en México, Manuel Talavera Espinar. A su vez, el representante diplomático de Chile en Perú, Óscar Fuentes Lira, fue convocado por Lima luego de que Santiago criticara la represión policial de las protestas contra Boluarte.
El primero en hacer las maletas fue el embajador Raffo Carbajal, en enero de 2023, en pleno auge de las protestas en contra de Boluarte y su Gobierno, luego de que la presidenta hondureña, Xiomara Castro, criticara el “golpe de Estado” contra el expresidente Pedro Castillo, a quien reconocía como legítimo y electo.
Un mes después, le tocó el turno a Talavera Espinar, nombrado para el cargo en septiembre de 2021 cuando todavía Castillo era inquilino de Casa Pizarro. El Gobierno de México fue uno de los más críticos con la gestión de Boluarte, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, criticó en varias ocasiones la farsa orquestado por la oligarquía conservadora para echar al maestro rural.
Ahora fue Boza el que tuvo que salir de Bogotá, luego de varias semanas en las que las tensiones diplomáticas fueron en aumento, luego de las reiteradas críticas del presidente colombiano, Gustavo Petro, quien ya fue declarada persona ‘non grata’ hace un mes por parte del Congreso de Perú.
Aquella decisión vino motivada por unas declaraciones del presidente Petro en las que aseguró que en Perú marchan como nazis contra su propio pueblo, rompiendo la Convención Americana de Derechos Humanos, en referencia al despliegue de la Policía el 9 de febrero para contener las protestas previstas ese día.
A pesar de todas estas salidas, las relaciones diplomáticas no quedaron del todo rotas, pues algunos países como México siguen con representación en Lima, mientras que Perú mantienen a sus encargados de negocios, quienes cuenta con funciones similares a las de un ministro de Asuntos Exteriores. (Europa Press).