Parte II
Siguiendo el análisis de la propuesta de Constitución del expresidente Sánchez de Lozada, se propone que el presidente al tener la facultad de elegir a los presidentes de los otros poderes, resulta que estaría por encima del Órgano Ejecutivo y los demás Órganos, ya que puede disolver el Congreso cuando éste haya censurado al Primer Ministro, que es la cabeza del Órgano Ejecutivo.
En cuanto al Órgano Legislativo, se mantienen las dos Cámaras, con algunas competencias de la actual Constitución, con excepción de los nombramientos de autoridades de otros órganos, designa al presidente de la República, que durará en sus funciones 10 años, y nombra al Primer Ministro, por propuesta del presidente; además los miembros del gabinete deben ser parlamentarios, por lo menos en un tercio.
Los gobernadores departamentales serán nombrados por el Primer Ministro, los alcaldes municipales serán nombrados por los concejos municipales, de tal manera que ya no son elegidos por el voto popular. Los consejos municipales podrán remover al Alcalde.
En cuanto al Órgano Judicial, éste gozará de independencia y el presidente de la Corte Suprema será designado por el Presidente de la República, y los Ministros por el presidente de la Corte, al igual que el presidente y Vocales del Órgano Electoral. También el Fiscal General de la República y el Contralor General serán nombrados por el Primer Ministro. El Banco Central gozaría de independencia.
La educación fiscal primaria sería administrada por los gobiernos municipales y la secundaria por los gobiernos departamentales. El régimen agrario en el proyecto, reconoce y garantiza la propiedad individual, comunitaria, cooperativa y empresarial. Las Fuerzas Armadas de la Nación serían administradas por el Primer Ministro y el Presidente de la República será el Capitán General de las mismas.
Luego del breve comentario sobre las propuestas constitucionales, del expresidente Sánchez de Lozada, en lo que a nuestro juicio es más relevante, debemos destacar el aporte del expresidente en proponer una ley de leyes a la ciudadanía, en tiempos de crisis institucional del Estado boliviano, aunque sabemos que las leyes por sí mismas no solucionan las crisis. Más aun cuando no son cumplidas ni por las autoridades llamadas a cumplirlas y hacerlas cumplir, como sucede en nuestra realidad, donde tenemos leyes para todo, pero que no se cumplen. Lo importante es el buen gobierno y la buena ciudadanía que hacen a una buena sociedad.
La propuesta arranca destacando el carácter republicano de nuestro país, que aún reza en nuestra Constitución y que es sinónimo histórico de régimen sujeto a libertades y al derecho, pues hay sólo dos formas de estados desde la antigüedad clásica: los reinos (imperios) y las repúblicas, pueden ser unitarias, federadas, confederadas y sus gobiernos de la ideología que quieran.
Otra característica de la propuesta es el carácter parlamentarista de la organización del poder político del Estado, pero para que este modelo funcione se requiere que la gente que representa al pueblo en el Parlamento, sea gente bien formada, pues si como sucede en nuestra realidad, en la que los asambleístas, en su mayoría, carecen de formación, no se podría conformar un buen gobierno.
Es cierto que el presidencialismo es el camino al “caudillismo” autoritario, en una suerte de imitación a la superada históricamente monarquía absoluta, pues el presidente es convertido en una semidios, propietario del país, que hace las normas a su medida y gobierna para sus seguidores y no para todos. En el proyecto se repite este exceso de poder en el Primer Ministro, que si bien puede ser censurado por al Parlamento, esto determinaría una constante inestabilidad, al igual que en los gobiernos municipales.
La propuesta de Sánchez de Lozada, inspirada en los gobiernos europeos, tropieza con nuestra realidad, en la que la componenda interesada, el transfugio, el prebendalismo y otras taras, son las características de una clase política improvisada, carente de formación, acompañada por el arribismo de los grupos sociales que viven de las migajas que caen del poder. Basta con echar una mirada a la actual composición humana de la Asamblea Legislativa (con excepciones) y la conducta ética de los dirigentes de organizaciones sociales (con excepciones).
Es cierto que debemos superar el caudillismo presidencialista con más límites al ejercicio del poder, mediante un sistema mixto entre presidencialismo y parlamentarismo, pero que se ajuste a nuestra realidad. La propuesta constitucional del expresidente, es un aporte al debate para mejorar la vida de los ciudadanos en un Estado próspero, en democracia.
El autor es Abogado, Politólogo, escritor y docente universitario.