La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó al Estado boliviano a “celebrar pacíficamente” las Elecciones Judiciales, previstas para el próximo 15 de diciembre por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), para elegir a las nuevas autoridades del Órgano Judicial.
“La demora excesiva en la designación de personas operadoras de justicia de las más altas instancias puede dar lugar a cuestionamientos sobre la legitimidad de la administración de justicia y causar afectaciones al Estado de Derecho, como elemento indispensable de la democracia y la vigencia de los derechos humanos”, señaló ayer la organización en un breve comunicado.
Este proceso electoral quedó en vilo el jueves, tras un fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que declaró desierta la convocatoria para los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en los departamentos de Beni y Pando, y para los del TCP en Pando, Cochabamba, Santa Cruz, Beni y Tarija.
Pese a la sentencia, al día siguiente el presidente del TSE, Óscar Hassenteufel, manifestó que tal fallo era una “violación” al principio de preclusión y aseguró que los comicios se realizarán a mediados de diciembre, como está previsto.
La fecha de las justas electorales fue modificada del 1 al 15de diciembre, debido a los 23 días de bloqueo y conflictos sociales registrados en octubre de 2024, protagonizados por la facción radical del Movimiento al Socialismo (MAS), en defensa del patrón cocalero, Evo Morales. El TSE argumentó que hubo problemas en la logística y el traslado del personal para cumplir con la fecha inicialmente prevista.
Hassenteufel anunció, además, un recurso legal de avocación en contra de los magistrados autoprorrogados, Yván Espada y Gonzalo Hurtado, para que el pleno del TCP revise los obrados de estas autoridades que pronto cumplirán un año de prórroga en sus funciones. Sostuvo que “es momento de que el pueblo boliviano frene los excesos del Tribunal Constitucional”.
La CIDH reiteró que es indispensable para el Estado y la sociedad incorporar el diálogo como una vía tanto para superar conflictos sociales, como para evitar una mayor polarización que obstruya las elecciones.