Por Valeria Sabater, psicóloga
Quizás en algún momento, cuando pasabas por una época complicada, un mensaje de WhatsApp te llegó a animar e hizo sonreír. Fueron apenas dos frases, sencillas, empáticas y directas. Ofrecer apoyo o consuelo a quien sufre no es una tarea fácil, pero algunas personas aciertan. Lo hacen porque combinan sentido común y buenas habilidades de inteligencia emocional.
Saber qué escribir y elegir bien las palabras puede suponer un cambio positivo para quien lo reciba.
Cómo animar a alguien desde la distancia
Más allá de lo que nos pueda parecer, este no es un tema trivial. Tal y como señalan en una investigación realizada en la Universidad de Munich, la comunicación mediante servicios como WhatsApp se ha convertido en uno de los principales canales para mantener nuestras relaciones. Entender cómo conferir aliento o sostén emocional a través de mensajería instantánea es decisivo.
Así, el primer consejo que te proponemos es no abusar del uso de emojis. Si bien es cierto que estamos habituados a utilizarlos, en este contexto es más importante la palabra escrita y generar una adecuada conexión empática con el destinatario. Por ello, resulta ideal escribir un mensaje no muy largo, directo, sincero y con un tono afectuoso. Te damos algunos ejemplos prácticos.
Dar ánimos a quien se siente desolado está muy bien, pero brindar ayuda es aún mejor. Si una persona de tu entorno -amigo, familiar, compañero de trabajo, etc.- lidia un mal momento, lo que más necesita es saber que hay figuras con las que puede contar. Este es un elemento básico para animar a alguien por WhatsApp.
Ejemplo: “Siento mucho por lo que estás pasando. Quiero que sepas que, cualquier cosa que necesites, estoy aquí para ti. Solo tienes que decírmelo y estaré ahí contigo de inmediato. Cuenta conmigo para lo que sea”.
La preocupación empática va más allá de la conexión emocional o de saber por lo que pasa alguien. Implica demostrar interés sincero. Emociones como la compasión y la ternura motivan la ayuda altruista. Este elemento debe actuar a modo de nutriente esencial en nuestros vínculos más significativos.
Entonces, a la hora de escribir un mensaje de apoyo, procura transmitir un tipo de empatía solidaria, cercana y auténtica. Muchas veces nos limitamos a enviar WhatsApps estándar y muy neutros que no son creíbles para quien los lee. Por ello, es esencial que demuestres un interés y cariño capaces de conmover al receptor.
Ejemplo:
“Hola. ¿Cómo te encuentras? ¿Cómo va tu día? Solo quería decirte que te tengo en mente, que estoy pensando en ti. Si necesitas un descanso, tomar un café o hablar un rato, me encantaría acompañarte. Eres importante para mí”.
A la hora de animar a alguien por WhatsApp recuerda un principio básico de los primeros auxilios emocionales. Es esencial que valides las emociones de quien lo está pasando mal y que evites aconsejar. Con frecuencia, en nuestro intento por prestar ayuda, solemos recomendar a la persona lo que debería hacer. Es más, a veces vamos un paso por delante y hasta hacemos cosas que nadie nos ha pedido.
El secreto está en pensar qué tipo de mensaje te gustaría recibir cuando sufres. El respeto y la empatía lo son todo.
Ejemplo: “Lo que te sucede es muy duro y, de verdad, no puedo imaginarlo. Tienes todo el derecho a sentirte de esa manera. No olvides que me tienes aquí para lo que necesites, estoy pensando en ti”.
Cuando lidiamos épocas grises e incómodas, es frecuente que la autoestima se debilite. Lo vemos todo más oscuro y aparecen las dudas, la rumia negativa y las inseguridades hacia uno mismo. Por eso, es esencial que al animar a alguien desde la distancia refuerces su identidad, sus valías y le demuestres afecto. Percibirse apreciado y querido es sanador y catártico.
Ejemplo: “Solo quería decirte que valoro mucho tenerte en mi vida. No sabes cuánto. Eres alguien muy especial y me siento afortunado/a de que el destino nos hiciera coincidir. Cuídate, y ya sabes… Cualquier cosa que necesites estoy aquí para ti. Siempre”.
A la hora de animar a alguien por WhatsApp puede ser muy útil adjuntar una foto especial y emotiva. Todos contamos con esas imágenes mágicas de un viaje memorable, de una fiesta increíble, de un momento puntual que al verlo siempre nos hace reír. Mira en tu galería del móvil y elige bien la fotografía, no importa que sea antigua, lo esencial es que resulte significativa para esa persona.
Ejemplo: “Hola, ¿cómo te encuentras? Solo quería enviarte esta foto. ¿Recuerdas lo bien que lo pasamos? Te quedan muchos momentos increíbles que vivir y no tardarán en llegar… Y de todos ellos seguiremos sacando fotografías maravillosas. Mientras, me tienes a mí para lo que necesites. Cuídate mucho, se te quiere infinito”.
Cuando alguien no está en su mejor momento no siempre le apetece hablar. Ahí entra en valor la mensajería instantánea y el siempre efectivo WhatsApp. De este modo, si deseas acompañar, conferir apoyo y cariño a esa persona especial, mándale una lista de canciones. Incluye títulos de sus artistas favoritos y que puedan, además, traer a su mente buenos momentos.
Ejemplo: “He creado esta playlist especialmente para ti. Sé que no estás pasando un buen momento, así que espero que estas canciones te acompañen y te hagan sentir bien durante un buen rato. Todo lo demás puede esperar. Cualquier cosa que necesites estoy por aquí”.
Lo que debes evitar a la hora de dar apoyo por WhatsApp
Todos, en algún momento, hemos recibido un mensaje poco acertado que, lejos de ayudarnos, nos hunde más. Es cierto que en el universo escrito del WhatsApp los códigos son diferentes a los de la comunicación oral. De hecho, los malentendidos resultan más frecuentes. Ahora bien, antes de enviar un texto, hay una norma no escrita: releer lo redactado.
Cuando quieres apoyar a alguien desde la distancia, debes ser un artesano del respeto y el cuidado. No todo vale y, en ocasiones, sin quererlo, incrementas el malestar con solo una frase fuera de lugar. A continuación, te damos un sencillo listado de lo que es mejor evitar y porqué:
Minimizar el problema: “¡Venga ya! No te preocupes, eso no es para tanto”. Esto provoca que la persona se sienta incomprendida e invalidada.
Ofrecer soluciones rápidas o no solicitadas: aportaciones tan fuera de lugar como “solo tienes que relajarte y todo irá mejor” o “haz esto y se te pasará”, resultan insensibles en muchas ocasiones.
Hacer comparaciones: no recurras a algo tan poco empático como: “Yo he pasado por cosas mucho peores y aquí estoy”. Comparar la vivencia del otro con la tuya resta importancia a lo que la persona siente.
Mostrar impaciencia o frustración: evita enviar mensajes como “¿todavía sigues con eso?” o “ya deberías estar mejor”. Lo que hacen es elevar la sensación de presión o culpa en quien recibe esas palabras tan poco apropiadas.
Usar clichés o frases vacías: las clásicas y peligrosas expresiones como “todo pasa por algo” o “el tiempo lo cura todo” tal vez parecen bien intencionadas; pero en realidad quitan relevancia a la experiencia emocional de quien está sufriendo.
Positivismo tóxico: cosas como “tienes que ver el lado bueno de la vida” o “el destino te traerá cosas maravillosas cuando menos te lo esperas”, resultan muy invalidantes porque, una vez más, se anula aquello que el receptor del mensaje pueda estar sintiendo en ese momento.
Los mensajes, palabras que sanan sin estar cerca
La palabra escrita tiene poder y siempre lo ha tenido a lo largo de la historia. En la actualidad, este código se inscribe en una sofisticada tecnología que nos permite estar cerca sin importar los kilómetros. También aquí debemos educarnos y adquirir adecuadas herramientas de apoyo emocional. Porque, a veces, un mensaje sencillo en un mal momento, nos salva.