Observan que es evidente la decadencia del poder de las instituciones estatales por una manipulación política del Gobierno de turno, pues no se puede entender de otra manera la actitud del Ejecutivo de “amenazar con fuerza, pero actuar con delicadeza” frente a facciones radicales.
> A la izquierda internacional le interesa mantener su “importante centro geopolítico” de ingresos provenientes de negocios ilícitos, como el territorio boliviano, a través de actividades criminales como el tráfico de personas, de armamento y de sustancias controladas, señaló Santisteban.
Consultados sobre si el país vive un proceso de “colombianización” debido a las presuntas negociaciones entre el Estado y grupos delincuenciales afines al oficialismo, dos analistas explicaron que en realidad el Gobierno permitió el crecimiento de esta facción del partido gobernante porque prefiere generar un sainete de crisis política para ocultar que el país está sumido en una profunda decadencia del poder del Estado, por culpa de ambiciones mezquinas de líderes políticos.
Hace poco, el gobierno de Luis Arce convocó a su rival, Evo Morales, al diálogo para pacificar el país, lo cual finalmente no fue posible tras un bochornoso incidente en la Cámara de Diputados la semana pasada. Analistas cuestionaron que el Presidente del Estado no haya actuado con la Ley y usado sus prerrogativas constitucionales para garantizar la paz y seguridad de los habitantes.
A lo largo de 24 días de cierre de carreteras en el eje troncal del país, se registró numerosas escenas de violencia en Parotani (Cochabamba) y Mairana (Santa Cruz) en las que seguidores del “evismo” emplearon armas caseras, bombas molotov, dinamitas, hondas, piedras y petardos contra los agentes químicos de los efectivos, quienes se vieron rebasados en número por los manifestantes. Más de 50 policías fueron heridos, secuestrados e incluso “torturados” por estos grupos radicales, además de varios trabajadores de la prensa.
Luego, en los últimos días de bloqueo, los dirigentes “evistas” lanzaron amenazas públicas al Gobierno, acusándolo de haberles declarado la guerra. Se dirigieron a los policías pidiéndoles que “se despidan de sus familias”. Ante tal escenario, se llegó a plantear que el país podría estar bajo un proceso de “colombianización”, en referencia a lo que ocurrió en Colombia, donde el Gobierno negoció con grupos terroristas y de extrema derecha a fin de iniciar un proceso de pacificación.
El abogado, asesor legal e investigador, Óscar Emilio Villanueva López, señaló a EL DIARIO que, más que un proceso de colombianización, el trasfondo que la población no está viendo es que se vive una decadencia del poder de las instituciones del Estado por manipulaciones políticas del Movimiento al Socialismo (MAS).
Para el entrevistado, esto se puede deducir del hecho de que el Gobierno amenace duramente a la facción “evista”, pero que actúe con mucha delicadeza hacia ella, toda vez que el uso de la fuerza y la vía judicial no parecen ser su prioridad.
“Definitivamente hay un trasfondo que los bolivianos no estamos viendo. No me queda clara la estrategia del Gobierno de atacar mediáticamente a la facción ‘evista’, ni por la vía judicial ni mucho menos por el uso de la fuerza pública decide actuar”, expresó Villanueva a EL DIARIO.
“No creo que estemos en un proceso de colombianización, pero sí creo que estamos viendo la decadencia del poder del Estado y de sus instituciones por una manipulación política del partido de gobierno. No se puede entender de otra manera este tipo de actitudes (del Gobierno) de amenazar con fuerza y de actuar con delicadeza”, sostuvo al Decano de la Prensa Nacional.
En criterio del analista, la impresión que dan el “evismo” y el “arcismo” es que, aunque “ambos tienen una cola que pisarse” porque unos saben demasiado de los otros, este tímido accionar del Gobierno “parece ser para cuidarse de no ser salpicados, más que para realmente defender los intereses de los bolivianos”.
Villanueva recordó que la población boliviana continúa “secuestrada” por el MAS y su ambición y displicencia, flagrantemente mostradas frente a la crisis nacional expresada en la falta de combustibles y divisas internacionales, iliquidez, ahuyento de la inversión privada, corrupción generalizada, debilitamiento institucional, falta de regulación y freno al crimen organizado o vulneraciones a los derechos humanos, entre otros problemas que aquejan al Estado boliviano.
FARSA DISTRACTIVA
Para el analista experto en seguridad y defensa, Jorge Santisteban, esta movilización de una facción del partido político gobernante ha crecido a medida que el Estado se lo ha permitido, porque lo que pretende el Gobierno en realidad es crear una “farsa” para ocultar que no puede manejar la verdadera crisis.
“Considero que es una farsa la crisis (política), el tema es que no pueden controlar la crisis mayor: la falta de dinero para comprar y abastecer combustibles, la falta de capacidad para manejar instituciones y brindar mayor protección a población ante el ascenso de precios”, señaló Santisteban a EL DIARIO.
El analista, al igual que otras voces, expresó su desconfianza en cuanto a la supuesta pugna de poder entre las facciones del MAS, como una cortina de humo para distraer la atención de los verdaderos problemas que enfrenta el país. En tal sentido, lamentó que la ambición personal de muchos gobernantes esté destruyendo al país y llevando a la quiebra al Estado boliviano.
Asimismo, comentó que a la izquierda internacional le interesa mantener su “importante centro geopolítico” de ingresos provenientes de negocios ilícitos, como lo sería el territorio boliviano, a través de actividades criminales como el tráfico de personas, de armamento y de sustancias controladas.
“La pugna interna (del MAS) representa ambiciones de poder, porque ambas (facciones) tienen pasión por el poder y por la plata, pero su izquierda internacional se los exige, porque Bolivia es el centro geopolítico más importante que les genera grandes negocios ilícitos (…). Eso les provoca ingentes cantidades de fortuna a los países de la izquierda regional, como el Grupo de Puebla y el Foro de San Pablo”, señaló Santisteban a este matutino.
“Aunque ambos están manejados por esa izquierda internacional, en su ambición personal están destruyendo al país, dándole la espalda al propio Estado boliviano a manera de una traición al pueblo y entregándose a intereses extranjeros, pero también entregándose a intereses y ambiciones personales”, expresó.