México y Bolivia recibieron a sus difuntos en la Casa Museo Inés Córdova- Gil Imaná, el 1 de noviembre, con los tradicionales “Altar de Día de Muertos y Mesa de Todos Santos”, en medio de música y un derroche cultural y artístico. A través de la actividad se pudo mostrar la herencia cultural que une a los dos países.
El altar boliviano fue dedicado a destacadas personalidades del ámbito artístico cultural , mientras que el altar mexicano rememoró a Josefa Ortiz de Domínguez y Juana Azurduy.
La apertura del acto estuvo a cargo del presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB), Luis Oporto, quien destacó la celebración compartida entre México y Bolivia. “Hoy recibimos a nuestros difuntos ofreciéndoles diversos manjares que en vida disfrutaron. Invitamos al pueblo boliviano a sumarse a esta costumbre que no debe perderse. Hoy presenciamos ese diálogo entre dos pue-blos hermanos”.
Seguidamente, el embajador de México, Eduardo Sosa, agradeció al Centro de la Revolución Cultural por la acogida y destacó la celebración compartida, como una forma de fortalecer los lazos de amistad entre pueblos, e invitó al cónsul de México, Luis Ancona, para que explique el significado de la celebración mexicana.
Finalmente, intervino David Aruquipa, jefe nacional de Gestión Cultural, manifestando su complacencia por el puente cultural que se teje entre Bolivia y México.
La nutrida concurrencia disfrutó del pan de muerto mexicano acompañado de chocolate, además de masitas y otras ofrendas típicas de Bolivia, mientras que los alegres ritmos de música autóctona pusieron a bailar a los asistentes.