La Defensoría del Pueblo solicitó informes a las autoridades para identificar irregularidades en los procesos judiciales del productor apícola Juan Bascopé Cari, quien lleva casi un mes postrado en cama en su celda de la sección Cancha del penal de San Pedro de La Paz. Bascopé fue sentenciado por los hechos de Apolo de 2013 donde murieron cuatro personas.
La Defensoría del Pueblo “viene activando la investigación y entre ellos la remisión de requerimientos de informe escrito a las autoridades involucradas como es el Tribunal Departamental de Justicia y el Ministerio Público”, respondió a ANF la entidad a una solicitud de información.
La presión arterial alta que no cede y los fuertes dolores en sus articulaciones superiores lo tienen aquejado a Bascopé y sin poder realizar alguna actividad productiva para sobrevivir dentro del recinto carcelario.
Los médicos del penal le dijeron que medicamentos no hay. Aunque recibe la ayuda de personas solidarias para comprar algunas recetas, éstas ya no son efectivas ante la gravedad de su mal. Los mareos e intensos dolores de cabeza le impiden mantenerse en pie.
La Defensoría indaga dos procesos que tienen que ver con Juan Bascopé, el primero es por el denominado caso Apolo donde fallecieron cuatro efectivos y un médico de la Fuerza de Tarea Conjunta en octubre de 2013; y, otro es por las torturas que sufrió el acusado, al momento de su aprehensión.
JUAN BASCOPÉ
Juan Bascopé sueña cada noche con estar libre. Extraña a sus hijos y a su comunidad -Copacabana en Apolo- donde lo tenía todo: familia, casa, comida, salud y un emprendimiento exitoso como apicultor. Pero los nueve años en la cárcel y el sistema de justicia se lo arrebataron: su nieto y su esposa fallecieron mientras estaba preso, sus propiedades fueron saqueadas, su familia está lejos, su madre, por su avanzada edad, ya no le puede visitar y su salud cada día se agrava a consecuencia de las torturas sufridas.
“Mi sueño es estar en libertad, salir de este encierro injusto, mi sueño es continuar con mi proyecto de apicultura, estar junto con mis hijos, eso sueño muy seguido, eso sueño cada día, cada noche” dice Bascopé desde su celda precaria del penal de San Pedro de La Paz.
Extraña los encuentros familiares y las comidas ante una gran mesa y bajo el cálido clima de Apolo, pero eso quedó como un recuerdo lejano, “todo por una calumnia que las autoridades asumieron como verdad sin comprobar”.
Todo inició el 19 de octubre de 2013, cuando la Fuerza de Tarea Conjunta -conformada por policías y militares- intervino cultivos excedentarios de coca en la comunidad de Miraflores, en Apolo, municipio del Norte de La Paz, pero se encontró con la resistencia de los productores. El saldo fue tres uniformados y un médico muertos. El Ministerio Público acusó a Bascopé de esos decesos, junto a otros cocaleros, pese a que él no se encontraba en el lugar en el momento de los hechos.
Casi un año después, el 17 de julio de 2014, Bascopé fue detenido en la localidad de Mapiri, en los Yungas de La Paz, donde también desarrollaba labores apícolas.
Antes de entrar a la cárcel Juan Bascopé vivía bien en Apolo como apicultor, además tenía una mina de oro, animales, dos kioscos, una tienda de abarrotes, elaboraba pan junto a su esposa y sus hijos estudiaban en un colegio particular. “Vivía muy feliz y contento con mi familia”, recuerda.
“Mi alegría se ha arruinado por esa calumnia que me han hecho” repite.
Hoy a sus 52 años, pese a que fue sentenciado a 30 años de cárcel sin derecho a indulto y tiene la salud cada día más disminuida, es optimista de que pronto se conocerá la verdad de lo que pasó aquel día y pueda salir libre. Bascopé es parte de esos raros casos judiciales donde de espectador, a varios centenares de metros del lugar de las muertes, resulta ser el único responsable y sentenciado.
SENTENCIADO SIN PRUEBAS
Los jueces liberaron a 24 encauzados, y luego de cinco años de paralizado el caso, sin contar con pruebas científicas ni el arma homicida y solo con testimonios no corroborados, sentenció a Bascopé a la pena máxima. Declaró rebeldes y contumaces a los otros coacusados y ya no investiga. Esta sentencia puso en duda una vez más la calidad formativa de los jueces, e investigativa de los fiscales, integrantes de una justicia desacreditada y sin personalidad sometida a los designios del poder político.
TORTURA
Por otro lado, en noviembre de 2021, los efectivos policiales Romer G. A. C. y Christian M. R. R. fueron imputados por la presunta comisión del delito lesiones graves y leves, coacción, vejaciones y torturas cometidas contra Juan Bascopé, empero a la fecha no hubo más avances.
Bascopé aseguró que al momento de su aprehensión fue cruelmente torturado, durante tres días, por efectivos militares y policiales para que se incrimine. Terminó con tres costillas rotas y hombros fracturados, además de un severo hematoma en la cabeza. Hasta la fecha presenta serias secuelas de la agresión.
“De los antecedentes incursos dentro del presente proceso penal se tiene que Juan Bascopé Cari, en fecha 17 de julio de 2014 fue detenido por funcionarios policiales pertenecientes al escuadrón “Diablos Rojos”, de la división de Inteligencia de la Policía Nacional, quiénes emplearon la fuerza física desproporcionada sobre la humanidad de Juan Bascopé Cari, causándole tres fracturas de costilla y hematomas en toda su humanidad, agresión física que continuo desde la localidad de Apolo hasta la comunidad de Miraflores y lo amenazaron para que confiese sobre la tenencia de armas y cuando realizaban el viaje aéreo, los funcionarios policiales lo amenazaron con arrojarlo del helicóptero si no decía quiénes eran las personas que tenían las armas identificando Juan Bascopé Cari al Sbtte. Mauricio R. y al Sbtte. Romer A., y al policía Andrés N. N., como autores del hecho, torturas y tratos crueles que sufrió todo el día del 17 de julio de 2014, y por los consiguientes tres días, posteriormente el mismo fue detenido preventivamente en el centro penitenciario de San Pedro de la ciudad de La Paz como consecuencia del proceso penal que se le sigue en su contra (…) (sic)”, se lee en la relación fáctica de los hechos de la resolución de imputación formal de noviembre de 2021.
Entre las pruebas que ofrece el Ministerio Público para imputar a los efectivos policiales están certificados médicos, un informe del ITEI (Instituto contra la Tortura) además de la declaración de un testigo que también fue víctima de torturas, entro otros.
“Esa noche le han traído a Juan Bascopé hasta la puerta de mi casa aproximadamente a horas dos a tres de la madrugada, abro la puerta e inmediatamente me jalan de mi mano, sin decirme nada me meten a una vagoneta ahí es cuando me empezaron a golpear casi seis encapuchados entre policías y militares, me decían que me iban a votar al barranco si no les digo que Juan Bascopé es el culpable, después nos dirigimos a la comunidad de Miraflores (…), cuando lo vi a Juan Bascopé estaba su cara, su boca y su nariz sangrando y él estaba temblando, se sentó a mis piernas volvimos al pueblo de Apolo, en todo el camino había patadas y puñetazos, golpes con sus escopetas amenazándonos con matarnos a los dos, desde Apolo hasta la ciudad de El Alto me golpearon y me amenazaron (sic)”, se lee en parte del relato del testigo. (EL DIARIO y ANF).