Madrid acogerá la XXX Cumbre Iberoamericana en el último trimestre de 2026, según anunció ayer el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, en rueda de prensa junto con el secretario general iberoamericano, Andrés Allamand.
«La sede será la ciudad de Madrid», anunció, subrayando que «durante esos días Madrid no será solamente la capital de España, será también la capital de Iberoamérica porque todos los madrileños y todos los españoles sentimos a todos los pueblos de América Latina como hermanos».
El ministro señaló que la elección de la sede de la cumbre «es potestad del país que ostenta la secretaría pro témpore» y no aclaró si habló de la organización con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y con el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
«Yo estoy seguro que esa Cumbre Iberoamericana, y el hecho de haber escogido Madrid, va a ser un éxito de país, como lo fue la Cumbre de la OTAN que se celebró aquí», sostuvo.
Esta será la cuarta ocasión, desde que se celebró la primera cumbre en Guadalajara (México) en 1991, que España albergue una Cumbre Iberoamericana. Lo hizo por primera vez en 1992 precisamente en Madrid, repitió en 2005 en Salamanca y acogió la última en 2012 en Cádiz. La cita, de carácter anual, pasó a ser bianual a partir de 2014.
Los 22 países que componen la Comunidad Iberoamericana decidieron el pasado mes de julio por unanimidad que España albergara la cumbre de 2026. «Nos sentimos realmente muy honrados por el apoyo unánime de la Comunidad Iberoamericana», reiteró Albares.
DEJAR LA POLARIZACIÓN
«Es un honor que nos anima y nos ilusiona para seguir avanzando conjuntamente en el marco de este foro único de diálogo, de creación, de consensos, de concertación política y de cooperación en un momento en que el mundo necesita cooperación», agregó el ministro.
«Si dejamos a un lado la polarización, si nos unimos en torno a objetivos concretos, nuestra voz propia iberoamericana se hará oír y dialogará con el resto de regiones del mundo», destacó Albares, que apuesta porque Iberoamérica haga oír su voz en el mundo.
La última cita tuvo lugar en la ciudad ecuatoriana de Cuenca el pasado mes de noviembre y estuvo marcada por una cifra récord de ausencias de jefes de Estado y de Gobierno, ya que solo acudieron el Rey Felipe VI y el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, además del presidente anfitrión, Daniel Noboa, así como el primer ministro de Andora, Xavier Espot Zamora.
Respecto a esta cuestión, Allamand se mostró «seguro» de que la cita de 2026 contará con «la concurrencia de la totalidad de los países en sus más altos niveles» al tiempo que ha puesto de relieve el interés de los 22 miembros en los trabajos preparativos que ya están en curso.
PANAMÁ Y HONDURAS
Asimismo, el titular de la Secretaría General Iberoamericana (Segib) adelantado que Panamá y Honduras ya presentaron formalmente su candidatura para albergar la cumbre de 2028 lo que demuestra «el interés que tienen los países en afianzar, fortalecer y proyectar con más fuerza la Comunidad Iberoamericana».
«La Comunidad Iberoamericana en este contexto internacional tan complejo, tan convulso, es más necesaria e importante que nunca», sostuvo Allamand, incidiendo en que los países de la región la perciben «como un espacio para fortalecer el diálogo político, como una instancia para adoptar posiciones comunes frente a los temas globales, como un instrumento para impulsar la cooperación» y como «un mecanismo para generar derechos para la ciudadanía iberoamericana».
Por su parte, Albares aseguró que el Gobierno quiere «trabajar con todos, escuchar a todos» de cara a la preparación de la cumbre de Madrid y que, «al cabo de esos dos años de secretaria pro témpore, cuando entreguemos el testigo a otro país haya una Comunidad Iberoamericana más reforzada y métodos de trabajo más eficaces».
En este sentido, anunció que en las próximas semanas la secretaria de Estado para Iberoamérica, Susana Sumelzo, y el propio Allamand van a iniciar ya reuniones con los coordinadores nacionales de México, Perú y Uruguay para iniciar los preparativos de la cumbre.
El ministro incidió en el patrimonio compartido que suponen el español y el portugués, así como el «compromiso con la paz, con los derechos humanos, con el futuro del planeta» que comparten todos los miembros. «Es una comunidad de valores compartidos y se rige por unos principios muy claros, la igualdad y el respeto mutuo», valoró.
Por eso, agregó, «para España el objetivo fundamental de cara a la próxima cumbre es iniciar una nueva etapa de reafirmación y de consolidación del sistema, identificando nuevas prioridades y reorganizando el sistema de cumbres».
Entre los temas que se quieren abordar el ministro citó la necesidad de seguir profundizando en la oferta de derechos para los ciudadanos y en avanzar en materia de movilidad, así como la «lucha contra la desinformación y los bulos, esa lacra de nuestras democracias».
«Queremos desarrollar un plan de acción que fomente el español y el portugués como lenguas de comunicación científica y vamos a impulsar una acción estratégica en materia de inteligencia artificial en español y portugués», adelantó.(EP)