Observan que los aspectos técnicos, legales y económicos que conlleva cerrar la aerolínea estatal, deben ser evaluados técnicamente “y no de manera improvisada como en los años noventa”.
Luego de que el exministro y actual precandidato liberal, Branko Marinkovic, planteara que la aerolínea estatal Boliviana de Aviación (BoA), debe ser cerrada o privatizada, el abogado, Franz Rafael Barrios, advirtió que no se debe caer en el error de las “privatizaciones noventeras” y que cualquier decisión debe ser profesionalmente planificada, considerando que las rutas aéreas son activos estratégicos.
“Duda no cabe de que BoA es una de las mayores expresiones del fracaso sobreestatista (…) Sin embargo, su eventual liquidación o el cambio de su naturaleza jurídica –por ejemplo, bajo asociación con capitales privados–, debe ser una decisión planificada y ejecutada profesionalmente”, señaló Barrios en su cuenta de X.
El jurista considera que cerrar la aerolínea estatal tiene ciertas implicancias legales, operativas y económicas, así como los acuerdos bilaterales y multilaterales que significan las rutas y frecuencias aéreas asignadas. Por ello, recordó que estos aspectos deben ser evaluados técnicamente, “y no de manera improvisada como ocurrió en los años noventa”.
Citando a la obra “Neoliberalismo: Callejón sin salida” (1992) de Franz Barrios Suvelza, el abogado recordó que en el caso de la extinta empresa Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), se decía que la aerolínea moriría si no se buscaban socios estratégicos, mientras que “la contrapropuesta técnica no se oponía a buscar alianzas mientras éstas no atentasen al carácter público de la empresa por la función social que pueda cumplir, que ciertamente no es la de crear empleos o ingresos sin criterio”.
Barrios concluyó mencionando que una política de cielos abiertos, implementada a fin de dinamizar el mercado aeronáutico, debe estar acompañada de medidas de “contingencia transnacional” para evitar mayor daño socioeconómico al Estado.
Recientemente, Marinkovic señaló que Boa “tiene que desaparecer” por ser una empresa que “dilapida millones de los bolivianos” y “un pésimo servicio que casi nadie usa, y los que la usan, la sufren”.