El documento de 184 páginas hace un resumen del comportamiento del tráfico de drogas en todo el mundo, con énfasis en la década de 2011 al 2021. A lo largo de sus páginas, el organismo internacional aborda el problema desde los mercados establecidos de droga, los mercados potenciales en desarrollo, los actores criminales y las modalidades de tráfico.
El informe no contempla un capítulo especial de Bolivia, sino involucra al país como parte del estudio en toda Sudamérica. Con base en sus informes anuales, explica toda la línea de tiempo de la producción de cocaína y los cultivos de coca. Además, también expone el comportamiento de los actores involucrados en el tráfico de ilícito y los mecanismos particulares que emplean en cada región para continuar con el ilícito.
En el apartado de “Las zonas fronterizas se caracterizan por la convergencia de actividades ilícitas”, el documento resalta que los vehículos robados ingresan de contrabando desde Chile a Bolivia por uno de los más de 110 pasos no autorizados que se tienen identificados.
“(…) Los vehículos robados se suelen desensamblar en piezas de repuesto para venderlas al otro lado de la frontera. Como señalan fuentes mixtas, esta actividad parece generar colaboraciones ocasionales entre contrabandistas de vehículos y traficantes de cocaína que intercambian pequeñas cantidades de cocaína por vehículos robados. Al parecer, en Chile también han proliferado los grupos delictivos que compran vehículos con dinero en efectivo de origen ilícito y luego los venden en Bolivia para blanquear los ingresos procedentes del tráfico de armas y drogas”, sostiene el informe de la Unodc.
Se estima que en Bolivia existen alrededor de 500.000 vehículos ilegales, “chutos”, que son producto de robos en otros países o que son importados ilegalmente sin pasar por los controles ni presentar documentos legales.
“Según los medios de comunicación, algunas zonas de la frontera entre Bolivia y Chile están dominadas por redes de narcotraficantes, otras por contrabandistas de productos legales, y algunas zonas están repartidas entre ambas”, destaca el reporte de la Oficina Contra la Droga y el Delito.
La presencia en Bolivia de estos motorizados ilegales se destaca en las regiones productoras de la hoja de coca, como en el norte de La Paz y en la región del Trópico de Cochabamba.
La diputada del Movimiento al Socialismo (MAS) Gladys Quispe indicó esta semana, tras la expulsión de Evo Morales de la región de Sud Yungas, que el norte paceño le tiene un aprecio al exmandatario porque les posibilitó cambiar sus mulas por autos “chutos”.
CLANES FAMILIARES
El reporte de la Unodc también resalta que en Bolivia, a diferencia de México, Brasil y Colombia, no existe una presencia visible de cárteles de narcotraficantes, sino de pequeños clanes familiares que dominan la actividad ilícita.
Sin embargo, destaca el alto nivel de criminalidad en Santa Cruz y en San Matías, ciudad fronteriza con Brasil, donde ocasionalmente se registraron asesinatos o tiroteos de miembros de los cárteles Primeiro Comando Capital y Comando Vermelho. (ANF).