“Lo que nos refieren en algunos de los casos les dicen que, si no se suicidan ellos, la muerte va ser peor, es decir ellos van a perder la vida, pero en condiciones de mayor sufrimiento (…)”, informa la presidenta de la APDHT de Tarija, Yolanda Herrera.
Herrera afirma que en sus visitas al penal de Morros Blancos recibió esas revelaciones de los mismos reclusos, quienes le mencionaron que si no cumplen con el pago de dinero por espacios dentro del penal o por tener seguridad, son amenazados de ser golpeados, abusados, incluso amenazan con hacerle daño a sus familiares afuera de la cárcel.
“El miedo es de tal manera que recurren a estas medidas para no seguir sufriendo ante la extorsión de grupos que se han dedicado a esta línea, de no solo cobrar por el espacio, sino por el derecho a la vida y van pidiendo a otros reclusos diferentes cantidades de dinero, quienes en ocasiones pueden cubrir a partir del esfuerzo de las familias, en otros casos no pueden y son extorsionados hasta toman la decisión de suicidarse”, agrega Herrera.
Según Herrera, estos grupos de poder están conformados por reos que tienen sentencias de 30 años, quienes ya no tienen nada que perder y convierten al penal de Morros Blancos en un escenario propicio para seguir delinquiendo, en algunos casos con complicidad de algunos malos policías.
El 14 de diciembre, cumpliendo una orden de Régimen Penitenciario, la Policía de Tarija procedió al traslado de Oscar Junior Mendoza Saavedra, interno del penal de Morros Blancos, al penal de El Abra, en Cochabamba. Esta persona ha sido sindicada por actos de extorsión a otros internos detenidos preventivamente.
Dos suicidios este año
La APDH de Tarija maneja en sus estadísticas, la cifra de dos suicidios en lo que va del año en el penal de Morros Blancos.
El 7 de noviembre la Policía informaba sobre el suicidio del interno, Dilber Gerson Tapia Rodríguez de 57 años de edad, quien fue encontrado colgado de las rejas del baño del sector Chonchocorito del penal de Morros Blancos. Tapia ingresó al penal una semana antes con detención preventiva acusado por el delito de abuso sexual agravado por haber violado, embarazado y hacerla abortar a su propia hija.
El 12 de diciembre la Policía reportaba otro suicidio en el penal de Morros Blancos, sin dar nombre, informaba que se trataba de un reo que estaba cumpliendo una condena de 25 años por el delito de Violación Infante, Niña, Niño o Adolescente.
Herrera lamentó que la Policía solo se remita a informar sobre lo que pasó y nunca se realice una investigación sobre los motivos que llevaron a estos reclusos a tomar la decisión de quitarse la vida.
“La investigación solo queda en el hecho material de la persona muerta en concreto, pero no se investiga los móviles que hay detrás de estos hechos sangrientos”, cuestiona.
En seis años 14 reos asesinados
Los datos que maneja la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Tarija es que, en seis años, 14 reos fueron asesinados en el penal de Morros Blancos, algunos por disputas de poder, rivalidad y en otros casos porque no pudieron pagar por las extorsiones.
“Todo lo que significó el acompañamiento desde un activista de derechos humanos como es el hermano Miguel Sotelo, desde que él ha ingresado como capellán del penal nos ha hecho referencia que en seis años cerca de unas 14 personas habrían perdido la vida asesinadas dentro del penal”, informa Herrera.
La representante de la APDH, sin dar cifras, afirma que existen otros privados de libertad que pierden la vida por falta de atención médica, muchos son enfermos con altos niveles de depresión, con ansiedad, consumidos físicamente por el miedo y el temor.
“Es una situación dramática que se vive al interior del centro penitenciario de Morros Blancos, donde el derecho a la vida que está constitucionalizado, no es plenamente validado y protegido por el Estado”, afirma.
El 1 de agosto la Policía informaba sobre el asesinado del reo, Jaime B., alias “El Cucharita” en el penal de Morros Blancos, quien fue asesinado de la forma brutal, luego decapitado y a su cuerpo le prendieron fuego.
La red de la droga y el alcohol en la cárcel
Para superar las extorsiones, amenazas, presiones físicas y psicológicas muchos reclusos caen en la red de las drogas y el alcohol dentro del penal de Morros Blancos, lo que hace que cuando logran su libertad no se puedan reinsertar a la sociedad.
“Por todos esos tratos que reciben, empiezan a consumir drogas y alcohol, entonces caen en la otra red que es el microtráfico en Morros Blancos, entonces destrozan su vida, si alguna vez salen a la libertad, no pueden reinsertarse en la sociedad (…)”, señala la representante de la APDH, Yolanda Herrera.
Según Herrera, el nombre de Centro de Rehabilitación de Morros Blancos, es un saludo a la bandera, porque no se trabaja para rehabilitarlos a los reclusos y reinsertarlos a la sociedad cuando salgan en libertad. (El País)