Las aproximadamente 200 naciones participantes en una reunión auspiciada por Naciones Unidas en Busan (Corea del Sur) han sido incapaces de alcanzar un acuerdo para detener la contaminación plástica tras dos años de negociaciones, aunque, por lo menos, han conseguido ciertos avances marginales en el encuentro y logrado garantías para convocar nuevas conversaciones el próximo año.
La idea era obtener un acuerdo legalmente vinculante para abordar la contaminación plástica en todo el ciclo de vida del material, incluido el suministro, que se duplicó entre 2000 y 2019, el uso y la eliminación. Pero, a pesar del fracaso, los participantes han detectado un consenso cada vez mayor en los temas más sensibles, incluidos los límites de producción y consumo y la eliminación gradual de productos químicos nocivos.
El progreso fue bloqueado por un pequeño grupo de naciones principalmente productoras de petróleo, incluidas Arabia Saudí y Rusia, que se opusieron a nuevas restricciones, argumentando que las restricciones a la producción y los productos químicos estaban fuera del mandato del grupo, según recoge Bloomberg.
“No estamos aquí para conformarnos con un tratado que carece de la ambición de tener un impacto tangible”, dijo Juliet Kabera, directora general de la Autoridad Ambiental de Ruanda y negociadora clave en Busan, durante una sesión informativa el domingo.
“La abrumadora mayoría de los países reconoce la gravedad de la crisis de la contaminación plástica y está de acuerdo en la necesidad de tomar medidas urgentes”, añadió.
Las conversaciones, que comenzaron en 2022, tenían como objetivo abordar el crecimiento de los desechos plásticos, cuya producción se prevé que aumente alrededor del 60 por ciento a 736 millones de toneladas al año para 2040, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Investigaciones recientes han demostrado la toxicidad de estos materiales, a medida que se acumulan en los ecosistemas marinos y terrestres y en los cuerpos humanos.
La mayoría de los países han apostado por un tratado jurídicamente vinculante y presionado para regular los productos químicos peligrosos, limitar la producción y el consumo y eliminar gradualmente el uso de productos de un solo uso como los cubiertos. (Europa Press)